Las mujeres no existimos

El año pasado 103 asesinadas y este año ya son 50 asesinadas desde enero. Más de 1500 asesinadas desde que se empezó a contabilizar en 2003

Integradora social, activista por los derechos humanos de mujeres, niñas y niños, y secretaria de la asociación de mujeres Feministas Radicales de Andalucía. 

Una concentración contra la violencia machista en una imagen de archivo.

Las mujeres no existimos más allá de la mirada patriarcal. Existimos en tanto  nuestro mal llamado “capital sexual” puede ser explotado, comercializado o traficado. 

Las mujeres estamos muy solas, lo demuestran los últimos asesinatos  machistas: 

Amal 30 años, su hija Hiba de 7 años y su hijo Adam de 5 años fueron  asesinados por Madih en Las Pedroñeras (Cuenca). Un hombre, su marido y  padre respectivamente, tuvo a bien quitarles la vida antes de entrar en la cárcel  por violencia machista. 

Petra de 76 años, asesinada en Fuengirola (Málaga). Su pareja, el asesino, fue detenido por la Policía Nacional después de intentar acabar con su vida. 

Laura 20 años y su madre Marian de 45 años, el exnovio de Laura de 34 años  las asesinaba en Zafarraya (Granada), después se ha suicidado. 

Todas asesinadas el mismo día, el pasado sábado 29/06/2024. El año pasado 103 asesinadas y este año ya son 50 asesinadas desde enero. Más de 1500 asesinadas desde que se empezó a contabilizar en 2003. 

La Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección  Integral contra la Violencia de Género, no se ha modificado desde hace 20  años, y la Ley Orgánica 10/2022, de 6 de septiembre, de garantía integral de la libertad sexual, más conocida como ley del solo sí es sí o ley del sí es sí ha excarcelado a 121 y rebajado penas a más de 1200 agresores sexuales. 

Los recursos del Pacto de estado contra la violencia de género se están  empleando en muchos ayuntamientos para festejos de la diversidad, mientras  muchas casas de acogida cierran por falta de recursos. 

Se están incluyendo a hombres identificados mujer en el sistema Viogen de  protección a las víctimas de violencia machista.  

Desde el ministerio de igualdad se nos pide calma a las mujeres, y la ministra  de Igualdad, Ana Redondo, dice “son las personas las víctimas de esta violencia  estructural”, blanqueando así el terrorismo machista e invisibilizado a las  víctimas que son las mujeres, sus hijas e hijos. 

Abandonadas por las instituciones que deberían protegernos, bajo la  impertérrita mirada de la sociedad desmovilizada y el silencio cómplice de los  medios, para las que solamente somos un número más en la larga lista de  crímenes o un titular sensacionalista. A las mujeres solo nos queda la rabia, la  rabia y la lucha feminista, y hasta el feminismo quieren robarnos exigiéndonos  que incluyamos otras luchas que nada tienen que ver con la lucha por los  derechos de las mujeres y niñas. Nos quieren anular como sujeto político,  quieren borrarnos, que seamos prescindibles, que dejemos de existir,  reducirnos a la nada. Es un genocidio encubierto. Misoginia en estado puro.

Por esto debemos hermanas, salir a las calles a gritar juntas, convocar un paro  general y exigir se legisle para que nuestros derechos no solo sean  reconocidos a nivel formal, sino a nivel real y efectivo. Vivimos en la ficción en  la que las mujeres ya disfrutamos de derechos reconocidos en las leyes, lo que  da una falsa imagen de la sociedad española. Los asesinatos de mujeres  vienen a recordarnos que no importamos, que somos cosas que se pueden  tirar a la basura una vez que ya no se prestan al sometimiento masculino. De  tanto estar expuestas al terror machista hemos perdido el miedo. Nos tendrán  de frente y preparadas para pelear, para que esté sistema misógino y criminal  se derrumbe. Vamos a destruir el patriarcado y a instaurar un nuevo sistema  más humano donde mujeres y criaturas puedan vivir seguras y libres de toda  clase de violencia y explotación. Por eso os necesitamos a cada mujer en cada  pueblo y cada ciudad, como la gota malaya, erosionando el sistema patriarcal  con vuestros actos, porque cada uno de ellos cuenta por pequeño que pueda  parecer.  

El panorama es desolador, pero seguimos en pie luchando por que se nos  reconozca real y efectivamente como seres humanos. Esa es nuestra exigencia  que se reconozca y respete nuestra humanidad, como dice Laura Lecuona: "Las mujeres somos seres humanos. Seguramente no hace falta  recordártelo, y para ti es evidente, pero mucha gente da la impresión de  olvidar que sí, somos la mitad de la humanidad".

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