Navidad por aquí y por allá

La Franja de Gaza es a día de hoy un conjunto de campamentos de refugiados que son atacados, aunque el propio Israel los denomine “zona humanitaria segura”

Escritora y analista social.

La huelga estudiantil en la Hispalense por la situación en Gaza, en imágenes.

Si buscas Franja de Gaza en la web del tiempo, nada obtendrás. Si buscas Palestina, saldrá un listado de ciudades del continente americano. Si introduces el nombre de algún lugar de Gaza bombardeado, por ejemplo uno de los recientes, encuentras Campamento de Yabalia. Quería saber cómo andaba el tiempo por allá, porque a finales de noviembre hubo lluvias abundantes y muchos despertaron empapados en su tienda del campo de refugiados.

Hay lugares que se encharcan con las lluvias, tendrán que desplazarse a un lugar menos inundable. Como también se tienen que desplazar cada vez que lo ordena el Ejército de Israel.

La Franja de Gaza es a día de hoy un conjunto de campamentos de refugiados que son atacados, aunque el propio Israel los denomine “zona humanitaria segura”. Porque Israel sigue bombardeando el Norte, el Centro, el Sur de Gaza aunque ya no sea noticia, porque sigue bombardeando edificios de viviendas, a civiles, a criaturas, jóvenes, adultos y personas en su ancianidad. 45.206 no es solo un número, es el mínimo de personas asesinadas por el estado de Israel, las contabilizadas por los servicios sanitarios que aún sobreviven. Nadie puede contabilizar los muertos bajo escombros, o tirados por las calles en lugares donde el Ejército de Israel no deja acercarse, o quienes han muerto por falta de medicamentos y asistencia sanitaria, de hambre y falta de agua. Según la prestigiosa revista británica The Lancet, los muertos, entre todas las causas, serían unos 186.000, principalmente mujeres y niños.

Alrededor de dos millones de personas viven allá atrapadas, buscando agua para beber, algo de alimento, asistencia médica... Todo ello bien difícil, porque Israel se ha ocupado de destruir la red de agua potable (y la de saneamiento), ha devastado los campos de cultivo, retiene la ayuda humanitaria y ha atacado hospitales al punto de que 19 ya no funcionan y los 32 restantes solo parcialmente. Tampoco entran los medicamentos ni el material sanitario necesario, son retenidos por Israel en los pasos fronterizos.

Hay un grupo de investigación de violaciones de Derechos Humanos, Forensic Architecture, que investiga la destrucción y devastación de Gaza a manos del gobierno israelí. En sus estudios concluye que está muy bien planificada y nada se ha dejado al azar, que el orden y la combinación de ataques y bombardeos (carreteras, cultivos, alcantarillado, hospitales y centros de salud, ayuda humanitaria, ONG, viviendas, cementerios, mezquitas,centros educativos, etc.) y otros tipos de ataques (privación de alimento y agua potable, desplazamientos forzados, cortes en las comunicaciones, desabastecimiento energético, etc.) tienen como finalidad la aniquilación de todo lo esencial a la vida en Gaza. La destrucción de su pasado y la destrucción de su futuro. Y el futuro de cualquier sociedad también pasa por su infancia.

La Franja de Gaza es a día de hoy donde han sido asesinados por los ataques y bombardeos de Israel al menos 19.000 niños y niñas “según datos preliminares de los que hay constancia”, afirma la ONG de ayuda a la infancia Plan Internacional. Es el lugar donde, según Médicos sin Fronteras, hay niños y niñas que manifiestan que quieren morir, que no quieren vivir, donde hay criaturas a quienes no queda ningún familiar. Niños y niñas con miedo permanente, que no pueden dormir. Niñas y niños que han sufrido alguna amputación que les recordará el sufrimiento de por vida. Criaturas no nacidas o lactantes malnutridas ya, porque sus madres sufren malnutrición.

Todo lo que está ocurriendo allá se llama Genocidio, Israel ha convertido la Franja de Gaza en un campo de exterminio, aunque no lo digan mandatarios ni medios de comunicación mayoritarios. Y mientras tanto, por aquí es Navidad, porque hay luces y adornos navideños por doquier y se venden mantecados y turrones, porque compramos y compramos comida y regalos y en la tele procuran incomodarnos lo menos posible para que no se nos estropeen las fiestas.

Sé que hay quien piensa que no es momento de hablar de estos asuntos tan duros que chafan el ambiente navideño. Pero también se dice que es época de bondad y buenos propósitos, y de felicidad para la infancia. Entre los regalos que nos podemos hacer como humanidad pueden estar un alto el fuego inmediato y permanente, la entrada de toda la ayuda humanitaria necesaria y el cese del comercio de armas con Israel, como mínimo. Y nuestro gobierno obsequiarnos la ruptura de relaciones diplomáticas y comerciales con Israel y no dejar que se usen nuestros puertos para el tráfico de armamento. En definitiva, regalarnos una Navidad que no sea época de indiferencia.

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