Hace unos días tuvo lugar, en Madrid, la Cumbre sobre el Cambio Climático. En ella se reunieron representantes de todas partes del mundo con el objetivo de conseguir frenar el cambio climático y los efectos catastróficos que conlleva. Estos efectos los encontramos desde las prolongadas sequías en el África subsahariana hasta las devastadoras tormentas tropicales que arrasan el sudeste asiático, el Caribe y el Pacífico, las olas de calor, incendios devastadores, etc.
Esto se debe a la irresponsabilidad del ser humano de los últimos tiempos, con la quema excesiva de combustibles fósiles, la deforestación, la explotación abusiva de los recursos naturales limitados, y por el desconocimiento y escasa concienciación de la necesidad para cuidar el medio ambiente, ya que a través de él, obtenemos los recursos y los medios necesarios para la vida.
Los efectos del cambio climático son efectos globales, es decir, que influyen de una u otra manera en todas las partes del mundo, pues estamos todos conectados y lo que afecta en un lugar, que nos puede parecer muy remoto, puede tener consecuencias (directas o indirectas) en este lugar. Aunque es cierto, que es a grupos concretos a los que más afectan, comunidades que dependen de la agricultura, que viven en la costa, personas vulnerables, desfavorecidas, que se encuentran, por un motivo u otro, en las regiones que más influye el cambio climático.
La variación en el estado del sistema climático está ligada a los derechos humanos, debido a los efectos catastróficos que conlleva, tanto para el medio ambiente que nos rodea como para el bienestar y la seguridad de las personas. Repercute en nuestros derechos más básicos, como son el derecho a la vida, la salud, la alimentación, el agua, la vivienda y los medios de vida.
Para terminar, necesitamos un cambio de mentalidad por parte de la sociedad, que cada día es más consciente del cambio climático al que nos enfrentamos, por ello se está movilizando y actuando conforme a lo necesario para abordar tal problema. Pero no es suficiente con ello, ya que los políticos han de ser el ejemplo a seguir de la sociedad, llevando a cabo políticas acordes con la lucha contra el cambio climático. Es así, que vivimos en la “Necesidad del Cambio”, pues si no cambiamos nosotros, será el clima el que cambiará, y ya no habrá marcha atrás para remediarlo.
Por todo ello, queremos dar nuestro apoyo a todas aquellas personas que llevan un largo tiempo luchando por frenar este cambio, entre ellas, a Marinel Sumook Ubaldo (Filipinas) y a Greta Thunberg (Suecia).
Artículo de Carmen Castán Baena, activista de Amnistía Internacional Andalucía.