Escasas son las personas que son conocedoras de esta realidad, escenarios narrados siempre a modo de susurro. Las experiencias de vida que han tenido que padecer las mujeres trans que además cuenten con una cierta edad. Ese no encajar en ningún espacio, entrar en un baño y que te increpen porque a ti no te corresponde estar ahí, cuando las que nunca deberían de haber estado eran ellas.
Las mujeres trans se las han visto muy “putas” para subsistir, prácticamente renunciando a que te amen por ser simplemente, no, nadie sabe, nadie sabe lo que es ser siempre el centro de atención, todas esas miradas. Llamar a la puerta de cientos de empresas y que nadie te contrate, porque simplemente se dan cuenta de que eres trans, arrojadas en la mayoría de los casos a ejercer la prostitución ya que no les quedaba otra salida. En muchas ocasiones, como trans masculino, siento que yo no debería ni de tener la oportunidad de estar aquí, cuando las observo y las escucho a ellas.
A día de hoy, en Andalucía no existe ningún servicio público donde poder dirigirnos para que nos informen de lo que significa realizar la transición, desde la distintas unidades que se encuentran en los hospitales, no se nos ofrece la posibilidad de que nos pueda acompañar una persona con la suficiente cualificación para transitar este “cambio de piel”, y con esto no defiendo una valoración psiquiatra, porque nosotres no necesitamos seguir siendo tratados desde ese prisma patológico, la medida que se propone se trata más de acompañarnos por parte de un profesional.
Un proceso basado en la ruptura del binarismo de género imperante en nuestra sociedad, de forma opcional, podría posibilitarnos este tipo de ayuda, tal y como se ejecuta en una Unidad de Barcelona, llamada Transit. ¿Saben lo que finalmente ocurre al no proporcionarnos este servicio? Que la mayoría de las veces nos ayudamos entre nosotras, a través de las redes sociales nos enteramos de quién lo hizo para podernos dirigirnos a ellas. A mí, por ejemplo, me ayudó y atendió una mujer trans de Sevilla que lleva años haciéndolo, no tan sólo a mí, sino a todes les que se le acercan. Ella, ella es muy grande y se llama Josefa Suarez.
Debido a la legitimidad que le han ofrecido Partido Popular y Ciudadanos a un partido político como Vox financiado en 2014 por Irán donde la homosexualidad se encuentra penada con la muerte, y conocedora como es de los tiempos más oscuros españoles, hay una persona trans que ha decidido dejar de comer, exponiendo su frágil salud por todos nosotros, simplemente para transmitirnos el mensaje de que el Colectivo LGBTI se encuentra en peligro porque la extrema derecha de Brasil, EEUU..., ya está aquí.
Kim Pérez se encuentra en huelga de hambre. Y desde aquí Kim, me atrevo a reflejar mediante letras lo que rumia todo el colectivo LGBTI: cuídate, porque como realmente te necesitamos es sana para que sigas ofreciendo esa luz que desprendes.
Esta historia mal avenida por parte de las personas que somos conscientes de lo que significa ser diversidad con la derecha española no nos viene de la nada, se lo han ganado a pulso. En sus discursos alientan a la población que nos siguán discriminando y aniquilando. No debería ser necesario recordar a Aquilino Polaino, o a que quieren seguir catalogándonos como enfermos mentales, o que se encuentran planteando que no se nos asista a través de la sanidad pública, o que se ha vuelto a hacer mención del “matrimonio natural”, como si la unión de dos personas que se aman fuera algo aberrante.
Este nuevo surgimiento de la derecha más recalcitrante está propiciando a que haya más ataques: se han atrevido a asaltar, una semana después de su apertura, el primer centro LGBTI creado en una ciudad española, Barcelona. Este fin de semana una pareja formada por dos mujeres fueron agredidas en Cádiz. Hace unos días un cualquiera que dice llamarse Iñigo Cruz se atrevió a tuitear con copia al Partido Popular de Huelva y Loles López, que eso (refiriéndose a mí) es un hombre disfrazado de aberración por fuera y por dentro un enfermo.
Según el nuevo informe emitido por el Ministerio de Interior las agresiones han aumentado un 17,8%. Así que las personas que no quieren ver que todo ha cambiado desde ese dos de diciembre, no se han parado a echar un vistazo a todo lo que está ocurriendo en las calles y en las redes.
Y desde aquí, Iñigo, te presento mi denuncia, porque el colectivo LGBTI no permitirá que haya nunca más una agresión sin respuesta, de un trans de Huelva.