Nicolás de Jesús Salas nació en Valencia el de 28 junio 1933 y murió a los 84 años en Sevilla el 13 de febrero 2018. Conocido como Nicolás Salas, el maestro de periodistas, hace hoy seis años que falleció. Lo fue todo en el periodismo, llegando a ser director de ABC de Sevilla desde 1976 a 1984, cuya Redacción renovó al completo, incorporando por primera vez a mujeres periodistas y creando secciones como ‘Sin rodeos’, de análisis de la actualidad e ideario de su pensamiento. Además, consiguió incrementar la tirada del periódico, gracias a las grandes exclusivas que publicaba y los temas humanos que aparecían, ya que era lo que más llegaba a los lectores. Trabajó desde muy joven en numerosos diarios y semanarios de Sevilla y, en sus últimos años, colaboraba en El Correo de Andalucía, Diario de Sevilla y, finalmente, en Viva Sevilla. Fue un escritor muy prolífico, con 52 libros publicados, además de conferenciante e historiador.
La que suscribe este artículo tuvo la oportunidad de entrevistarlo personalmente en su casa en varias ocasiones, años 2015 y 2016, cuando ya estaba jubilado, que no retirado, ya que al día siguiente de su muerte apareció publicado en Viva Sevilla su último artículo. Era un gran conversador y tenía una memoria prodigiosa. Nicolás Salas, dentro de su extensa trayectoria profesional, de lo que más orgulloso se sentía era de haber puesto en marcha la nueva Redacción de ABC de Sevilla en la Transición.
“Fui director de ABC porque era bético. Yo entré en el periódico haciendo Deportes, era el segundo de la sección que escribía las crónicas deportivas. En el año 1964 nombran a Joaquín Carlos López Lozano director de ABC de Sevilla; me llamó y me dijo que tenía que ser José Antonio Blázquez el que hiciera las crónicas. Me dio un billete de avión y me fui a Bruselas. Allí aprendí mucho. Iba para crítico deportivo y estuve varios años en Bélgica como cronista económico. Cuando me nombraron director del periódico, en noviembre de 1976, le pedí a Guillermo Luca de Tena que se dejarán de publicar los anuncios de masajistas (realmente era publicidad de prostitución), ya que no era congruente con el ideario del diario. Conseguí que se eliminarán los anuncios de masajistas, aunque eran una fuente de ingresos importante para el periódico”, nos contaba en mayo de 2015.
Nicolás Salas era un hombre de principios éticos, que no morales, y a los jóvenes redactores que seleccionó para la nueva Redacción de ABC de Sevilla les exigía que cumplieran tres requisitos: ser buena persona, tener vocación periodística y ser riguroso con la información. “El respeto a la información debe ser sagrado. Si manipulas la noticia, la has desbaratado. En mi etapa de director de ABC conseguí hacer un periódico nuevo, pasamos del franquismo a la democracia. Era una Redacción de periodistas rojos, pero con un ideario de derechas. Me costó mucho trabajo hacer la nueva plantilla, ya que el 70 ó el 80% de los jóvenes periodistas que seleccioné eran de izquierdas. Al principio eran mis enemigos, pero hoy en día son mis amigos. La clave estaba en saber explotar su saber profesional y la materia prima era muy buena. Muchos de ellos han ocupado cargos importantes como es el caso de Manuel Jesús Florencio, Ricardo Ríos, Carrizosa, Ignacio Martínez o Juan Luis Manfredi, entre otros”.
Salas fue un defensor a ultranza de la independencia y de los periodistas de su Redacción, lo cual le conllevó no pocos problemas, tanto de los sectores de la derecha como de la izquierda. “La Redacción era libre en todos los sentidos, pero el elemento clave era siempre el respecto a la verdad. De hecho, mi mayor enemigo ha sido siempre la derecha, aunque parezca increíble. Por ejemplo tuvimos muchos problemas cuando publicamos la campaña del algodón. El caciquismo en aquella época era terrible”.
Durante su dirección en el periódico no hubo subdirector, sino cuatro redactores jefe y ocho jefes de sección, que tenían un equipo de 24 redactores y 25 fotógrafos (5 de plantilla y 19 colaboradores). Le daba una gran importancia al tema gráfico: “Todo lo que podía publicar con una fotografía, quitaba el texto. El periódico que yo dirigía, en su sede de Cardenal Ilundain, era decimonónico, el único que en España se hacía con linotipia. Yo tenía que cerrar el huecograbado a las 9 de la noche y la linotipia sobre las 0:00 o la una de la madrugada. Con respecto a los horarios, yo le gané al periódico 2 ó 3 horas, ya que impuse cerrar a las 23:00 horas de la noche”.
Otra innovación importante que aplicó Salas en la nueva Redacción de ABC de Sevilla fue la de introducir por primera vez mujeres periodistas, como es el caso de Margarita Jiménez, Margarita Seco y Gloria Gamito: “Las mujeres nunca habían estado y yo las llevé al periódico. En febrero de 1977 incorporé a la primera periodista, Margarita Jiménez. Después vino la otra Margarita y luego Gloria Gamito, una persona, única, irrepetible y gran periodista”.
De esta etapa de director son numerosas las anécdotas que contaba, entre ellas que “Había muchas esquelas falsas, gente que decía que había muerto y no era cierto”. Era un lector empedernido, ya que leía todo lo que se publicaba en el periódico. Pero casi nada fue fácil, ya que tuvo que sufrir las amenazas del terrorismo: “Estuve tres años con escolta, de día y de noche, amenazado por la ETA y los Grapo, del 79 al 82”.
Según recoge su blog personal, que sigue en vigor, gracias al empeño de su hijo Nico Salas: “Desde octubre de 1984 hasta diciembre de 1998 fue adjunto a la Presidencia de Prensa Española, S. A., editora de Blanco y Negro y ABC”. A partir de enero de 1998 se jubiló anticipadamente por decisión propia, manteniendo la colaboración en ABC en la sección El Espejo -por la que no recibía remuneración económica-, hasta su cese el 4 de marzo de 2000 por el director de ABC de Madrid, José Antonio Zarzalejos. La razón de su cese fue “que sus ‘artículos no coincidían con los criterios editoriales de ABC. La verdad es que el Partido Popular, a través de su secretario general Javier Arenas, no admitía las críticas de Nicolás Salas”, aclara en el blog.
Nicolás Salas estaba jubilado, pero nunca se retiró del ejercicio profesional. Así que desde octubre de 2000 empezó a colaborar en Diario de Sevilla los miércoles (Sección ‘Sevilla Ayer y Hoy’) y los domingos (‘Episodios Sevillanos del siglo XX’). A partir de noviembre de 2014 escribe en El Correo de Andalucía, los jueves (sección ‘Sin Rodeos’) y los sábados (‘Hemeroteca de El Correo’). También colaboró en Onda Giralda TV. Sus últimos trabajos periodísticos fueron en el periódico Viva Sevilla.
Estaba inscrito en el Registro Oficial de Periodistas con el número 3.777. Y en el Registro Oficial de Radiodifusión (categoría de Programación), con el número 3.885.
De su faceta como escritor, hay que señalar que tiene publicados 52 libros y hay otros tres libros que no llegó a tiempo de publicar. Su libro Las Ferias de Sevilla fue Premio "Ciudad de Sevilla" 1973; "Secretos del mundo de los toros", Premio Ateneo de Sevilla de ensayos taurinos 1973; y "Andalucía: los siete círculos viciosos del subdesarrollo", Premio "Sevillano del año" de la Cadena SER 1972. El doctor en Historia Manuel Ruiz Romero indica que el libro de los siete círculos del subdesarrollo “es magnífico porque sitúa toda la problemática de Andalucía. Puso el dedo en la llaga y, además, defendió la conciencia autonomista”. Ruiz Romero pone de manifiesto también que “el archivo personal de Nicolás Salas es inmenso”, ya que dejó como legado una importante biblioteca.
Su hijo Nico Salas, también periodista, explica que fue una persona que hizo muchos favores. "De casa de mi padre han salido más de 500 tesis doctorales, plenas o en parte. Le facilitaba a los estudiantes de Periodismo lo que necesitaran, así como a periodistas, doctorandos e historiadores numerosa documentación, ya que disponía de una gran biblioteca personal, de temática periodística y local. La familia la seguimos conservando, con más de 30.000 libros, además de grabados, cartelería institucional de época y planos originales de Olavide", destaca Nico Salas. Un archivo de gran valor, pero hasta la fecha ninguna institución, pública o privada, se ha querido hacer cargo de sus fondos.
Cosechó numerosos galardones periodísticos y literarios por su obra, como los premios Ateneo Taurino (1972), Ciudad de Sevilla (1973), el galardón Luca de Tena en 1981, o el premio Ateneo-Planeta de Novela concedido en 1986 por su obra ‘Morir en Sevilla’, donde relata cómo vivió la ciudad los primeros días del inicio de la Guerra Civil en 1936. Fue colegiado de honor de los Colegios Oficiales de Médicos, socio de honor del Ateneo de Sevilla y de la Sociedad Nicolás Monardes de Médicos Escritores y Artistas. En 2006 la ciudad de Sevilla le otorgó una calle con su nombre en Triana.
Como conferenciante desarrolló una activa campaña en defensa de Andalucía, durante los años 1972-1976, en Sevilla, Jerez de la Frontera, Cádiz, Córdoba y Madrid. Fue sancionado en varias ocasiones y suspendidas sus conferencias por el gobernador civil de Sevilla, Alberto Leyva Rey. Parte de las conferencias prohibidas fueron la base del libro Sevilla, complot del silencio (Universidad de Sevilla, 1974), también censurado y luego aprobado por el entonces director general de Cultura Ricardo de la Cierva.
Nicolás Salas fue, sin duda, un adelantado a su tiempo, era un libre pensador que no se sometía a ningún poder, por este motivo era incómodo tanto para los sectores de la derecha como de la izquierda. Tenía una visión crítica y era políticamente incorrecto. "Los de derechas me dicen rojo y los de izquierdas facha. Eso significa que voy por el buen camino", frase que recuerda Nico Salas pronunciaba su padre.
En opinión del catedrático de Periodismo de la Universidad de Sevilla, Ramón Reig: “Nicolás Salas era un maestro de periodistas, a pesar de su línea editorial apasionada en exceso hacia su ideología”.
Según la visión de Nicolás Salas, en el año 2015: “El periodismo actual es una mentira total, todo está plagado de política y de intereses. El periodismo es la calle y no la redacción. Cuando se rompe una relación de la prensa con las personas, como ocurre actualmente, se rompe generacionalmente. Ha habido un cambio radical en las fuentes informativas. Antes los periodistas acudían personalmente a las casas de socorro, a los hospitales, a la policía para conseguir sus datos. El periodista de hoy en día no acude a estos sitios. Hay que estar en la calle para enterarse de lo que pasa”.
Nico Salas, después de los 6 años que han pasado tras el fallecimiento de su padre, señala que el homenaje que un grupo de amigos le hicieron en el Club Antares de Sevilla, en diciembre de 2015, "fue el último que se le dio en vida. Después de su muerte no se han acordado de él, excepto la Hermandad de la Milagrosa de Sevilla, que le concedió a título póstumo un premio por su trayectoria profesional. Pero lo que más me duele es el olvido por parte de las instituciones y entidades pseudo-públicas. Fíjate, le pusieron una calle en 2006, estando de alcalde el socialista Monteseirín -decisión por unanimidad en el Pleno del Ayuntamiento-, pero no la inauguraron porque no querían hacerse la foto con una persona de derechas. También ocurrió lo mismo con Juan Ignacio Zoido, lo que pasa es que se vio forzado a inaugurar la calle porque coincidió que el Rotary Club nombró a mi padre 'Sevillano del Año' y el alcalde del PP se enteró que Nicolás iba a hacer un discurso crítico con los políticos y por eso, el día antes de entregarle los rotarios el premio, decidió inaugurar oficialmente la calle Nicolás Salas, que por cierto estaba diluviando".
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