La posición del PSOE, para variar, es de lo más contradictoria y fríamente ambigua: por un lado, habla del reconocimiento del Estado palestino, y por otro entra totalmente en el juego (desde Solana secretario general de la OTAN hasta el día de hoy con el inefable Borrell) de una dinámica política militarista y belicista sin tapujos. El gasto militar en España, las industrias militares, la implicación española en tantos frentes, la retórica belicista… nunca la habíamos visto tan crecida, sórdida y desbocada como ahora. Del PP para qué hablar. La Paz, al PSOE y al PP, les importa lo que se dice nada.
Esta es la verdad, dicha emocionada y llanamente.
Algunas de las consecuencias de esta política militarista (por ejemplo: 1.130 millones de euros de más aprobados con destino a armamento en la última reunión del Consejo de Ministros) son nefastas: degradación de los servicios públicos más necesarios, ausencia total de apuesta por las vías diplomáticas y de paz, desatención de políticas mucho más que prioritarias como la medioambiental… Se diría que el Gobierno, títere obediente de grandes intereses capitalistas que nada tienen que ver con los intereses del pueblo, se lanza (quiero decir: nos lanza) al vacío. Las consecuencias de esa política militarista (la guerra de Irak fue un aviso mucho más que claro) van a seguir siendo las que en este momento son: un estado de guerra permanente que, parece ser, se dirige hacia un enfrentamiento nuclear entre potencias, un holocausto.
El genocidio que estamos viendo en Palestina, y que se ha producido gracias al amparo que la OTAN (EEUU, Reino Unido y la UE) ha dado a Israel, es, como lo fue la guerra de Irak, otra demostración meridianamente clara de lo que pretende la OTAN. Sojuzgar a medio planeta y eliminar físicamente a quien se atreva a rechistar. La agresiva avanzada de la OTAN en la antes llamada Europa del Este, causa y raíz del conflicto de Ucrania (aparte de la invasión militar, inadmisible, del dictador Putin), más los despliegues militares, aumentos de los presupuestos militares, amenazas nucleares, etc., dejan claro lo que la OTAN y nuestros gobiernos del PSOE y el PP desean: la guerra permanente.
Para mí, este oscuro panorama, en el contexto de una crisis medioambiental y social de gran calibre, me permite formular una pregunta sencilla: ¿estos gobernantes que nos conducen por esta ruta —y que no han hecho nada para parar el genocidio del pueblo palestino— pueden seguir gobernándonos y considerar este sistema como 'democrático'? ¿En manos de qué auténticos locos estamos?
El día 21 de abril en Jerez (12.00 horas, plaza del Arenal) la ciudadanía volveremos a denunciar la complicidad de estas irresponsables élites gobernantes en el genocidio palestino. Volveremos a exigir un inmediato alto el fuego y justicia internacional ante lo que está sucediendo. Pero junto a este apoyo al pueblo palestino estará también un mensaje fuertemente antimilitarista, a favor de la paz de los pueblos, la eliminación total de las armas nucleares, la vida humana digna.
No faltes. Porque no es solamente por el pueblo palestino. Es también por ti.