En medio de la pandemia, con la gente encerrada en sus casas hace 50 días, decenas de miles de muertes, cientos de miles de contagiados, en una crisis social —que no económica solamente— sin precedentes, con carencias, necesidades y urgencias por doquier, al señor presidente de la Junta de Andalucía no se la ha ocurrido otra cosa que gastar el dinero público en un nuevo "sello", que lo llaman, o sea, un logo, en el que ha pervertido la imagen oficial de Andalucía, su escudo, aprobado por la Asamblea de Ronda en 1918 y ratificado en su Estatuto de Autonomía, vistiéndolo del laurel de las glosas militares, de los dioses del Olimpo, y ahora del presidente de la Junta, y todo ello con la corona borbónica en "tó lo arto" para que no se dude del vasallaje con el que su partido y él mismo, actúan ante una monarquía vestida con las andanzas de Juan Carlos y sus turbios negocios....
Pero esta no es la cuestión. Detrás de este desatino hay algo mucho mas grave y preocupante que las ansias de divinidad de un presidente que lleva año y medio elegido y que quitando la de presupuestos, solo ha llevado una ley al Parlamento de Andalucía. Detrás de esto está esa derecha que trata de diluir cualquier símbolo que trate de representar las ansias de un pueblo ávido de libertad, identidad y progreso. Cualquier referencia a una tierra capaz de liberarse de los yugos que la aprisionan hace tiempo —algunos mas modernos— debe ser desdibujada.
No pueden eliminarlo, pero intentan disimularlo. Ni siquiera pienso que sea parte del peaje de Vox. Lo llevan en su ADN, jamás creyeron en Andalucía. Por mucha corona que le pongan o mucho laurel que le echen, al final, el presidente, va desnudo.
P.D. No es el primer Gobierno de la junta que "corona" el escudo de la Andalucía y le endosa los gloriosos laureles... que se sepa.
Nacho Molina es parlamentario de Adelante Andalucía y portavoz de Empleo
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