Hubo un tiempo en que en el Ayuntamiento de Sevilla se las veían 'felices'. La recuperación del poder para el PP ocho años después, un ayuntamiento duro, trabajoso, pero con poder financiero suficiente para afrontar grandes proyectos. Una capital que mediática y políticamente tiene mayor peso que algunas autonomías. Y hubo hasta un periodo de tranquilidad para el ejecutivo municipal, el de los 100 días, que semana arriba, semana abajo, se respetó. Entre otras, porque el verano fue casi inhábil.
Pero en septiembre llegó la gran ruptura con Vox, cuando aseguraron que tenían un acuerdo oculto con el gobierno municipal para entrar en el ejecutivo. De eso nada, le dijo el PP. Desde ahí, cada vez más tensión en los plenos. Con el PSOE, tras un periodo de aclimatación a la oposición de Antonio Muñoz, que confiaba en mantener la Alcaldía y se llevó un palo, también en otoño empezaron, de verdad, las reclamaciones y distanciamientos. A eso llegaba febrero y se anunciaba que se acabaron los mareos: Sevilla tendrá gobierno en minoría y no tendrá presupuesto de 2024, sino que se trabajará con modificaciones puntuales sobre el de 2023. Más trabajo, más desgaste, y más plenos extraordinarios que requerirán acuerdos casi a diario con la oposición para la más nimia reconsideración económica, traslado de partidas, etc.
Con el plan de la Plaza de España, cobro de entrada para los visitantes, surgía, ahora sí, el verdadero momento de oposición del Gobierno de España. El Ejecutivo de Pedro Sánchez tiene a un subdelegado, Curry Toscano, de la saga de los Toscanos de Dos Hermanas, con hambre política. No ha rehuido, en calidad de inquilino, el debate y rechazo de plano de ese proyecto. Ni a negociar.
Algo de 'envenenado' tuvo el acuerdo por la Madrugá, por el cual el PP se ha desdicho de lo que propuso un año antes: bares sin alcohol en el centro para no entorpecer la fiesta, algo que el Sanz candidato veía una tontería y ahora, como regidor, acepta. La Policía Nacional y el Gobierno de España subrayaron la importancia de esta medida en el contexto de la amenaza terrorista, que sigue vigente, y el temor a las 'carreritas' como gran problema para la seguridad. A ojos de la opinión pública, pocos hay que se la hayan jurado al alcalde por mantener la prohibición del alcohol, pero quien escarba, ve que mucho de eso ha tenido el Gobierno de España. En lo de Plaza de España, también se pronunció María Jesús Montero. Todos contra el Ayuntamiento.
Y ahora, Sanz ha dado con el ministro mediático, el de "los líos", los memes en Twitter, y los bloqueos. Óscar Puente tiene algo de 'troll', por la forma que tiene de reírse de quien le hace oposición. Saca el aplauso de los suyos y la sorpresa de los otros. Insistía Sanz en que Puente le ha bloqueado en redes sociales. El vallisoletano decía que no. Sanz decía de nuevo que sí. ¿Cómo saberlo? Finalmente, a día de hoy, Sanz no está bloqueado. El ministro dice, de nuevo, que nunca lo hizo, y el alcalde, que le ha levantado el veto. ""s bastante creíble que yo lo hubiera bloqueado porque ya me conocen, pero no era cierto en este caso".
Aprovechando eso, hizo pública una carta en redes sociales pidiendo inversiones para Sevilla. Porque Puente venía este viernes (de Dolores) a Sevilla. Un día antes, anunciaba el contrato para conectar la Super Norte con el Aeropuerto. Y dos inversiones más, dos licitaciones para la SE-40: Valencina-Salteras y Espertinas-Valencinas. 210 millones de euros. Aunque lo más gordo fue el puente de Puente sobre el río hacia Coria, en lugar del túnel que pide el PP. Más caro, mejor infraestructura, quizás, que la solución del puente, más asequible.
El alcalde lamentaba que este viernes no se fuera a reunir el ministro con él. Ricardo Sánchez, jefe del PP y de la Junta en Sevilla, le recordaba que hablar de inversiones sin tener Presupuestos Generales para 2024 -también el Gobierno ha tirado la toalla- es "un brindis al sol": "Desde el PP de Sevilla no vamos a participar en este acto político del PSOE, protagonizado por el ministro que ningunea y silencia al alcalde".
"Lo que no me gusta es que me pidan una reunión como si me pidieran un duelo al sol", ha dicho el ministro. "Cuando alguien quiere verse conmigo, yo no tengo ningún problema. Es que, ¿cómo no me voy a reunir con el alcalde de Sevilla?". Pero el problema es con Sanz ya. "He venido Algeciras hace poquito a anunciar las inversiones de la autopista ferroviaria Algeciras-Zaragoza, no vino el presidente de la Junta, pero sí vino una consejera, mandó una consejera, en fin, yo hasta ahora con la Junta de Andalucía no he visto que estén a montar lío", recoge Europa Press.