Se dice que el Partido Popular ha entablado negociaciones con el grupo “Golpes Bajos” para llevar a cabo el remake de la canción: “Malos tiempos para la lírica”; sustituyéndolo por “malos tiempos para el apocalipsis”. Y es que los profetas del desastre llevan una mala racha, y el augurio del futuro no les es más favorable.
Cuando tu manera de hacer oposición es gritar, deslegitimar, provocar, crispar, mentir, difamar… es común predecir siempre malos escenarios, y si además intentas provocarlos (cómo Casado reuniéndose con partidos políticos marroquíes antes de la crisis migratoria o intentando que España no reciba fondos europeos) el resultado es que cuando las cosas salen bien tengas que esconderte.
Quizás el Partido Popular ha ahondado todavía más en su propia herida cuando en vez de guardar silencio, ha mantenido una postura ciega de desaprobación, rechazo e inconsistencias varias en referencia a la gestión del gobierno sobre la crisis de Afganistán, la vacunación o la recuperación económica.
Parece que incluso la diosa Fortuna estaba cansada de la prepotencia y el egoísmo que exhibían (y exhiben) los populares desde que los sondeos les dan por encima. Que por cierto, a la vista está que ya han olvidado los sondeos para las elecciones del 93 o para las del 2004. Pero que continúen en ese jolgorio, las urnas hablarán cuando toque, y el futuro no está escrito.
El PP ha vuelto a dejar claro que por delante de España, Génova. Si no fuese así, habría habido elogios por parte de la oposición durante la crisis de Afganistán, o al menos, silencio. ¿A quién creen que engañan? ¿Cómo pueden tildar de desastre lo que toda la comunidad internacional está ovacionando?.
Dijeron que EEUU no nos había incluido en la lista de agradecimientos, esa misma noche llamó Joe Biden para cerrar con Sánchez el uso de las bases militares para acoger refugiados. Dijeron que tardaríamos 4 años en vacunar al 70% de la población si seguíamos con el plan de “no vacunación”, dicho y hecho; alcanzamos el 70% a finales de verano, tal y como prometió Pedro Sánchez.
Ahora claman por el precio de la luz, obviando la privatización de Endesa por parte de Aznar y la subida generalizada en toda Europa. Pero se abstienen cuando el gobierno propone suspender los impuestos de las tarifas hasta final de año y callan que la luz más cara la tiene su amada Inglaterra de Boris Johnson.
Y es que la realidad es que Pedro Sánchez va a ser criticado incluso cuando sea incontestable. Ha cumplido con la vacunación, la recuperación va como un tiro, el paro registra niveles pre-pandemia e incluso recibe elogios de países como Nueva Zelanda o el secretario de defensa estadounidense. La tendencia se revertirá y ganará en 2023, o sino, al tiempo.
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