La jerarquía de la Iglesia Católica mantiene entre sus fijaciones obsesivas la de atribuir cualidades demoníacas al cuerpo humano, a su desnudez, al disfrute y al goce con otros cuerpos y, sobre todo, al derecho de las mujeres a gestar en el suyo un nuevo ser solo cuando lo deseen y no por decreto ley. En esta cruzada para criminalizar algo tan hermoso como nuestros cuerpos, encuentran la complicidad necesaria de la derecha hipócrita y sinvergonzona. La cuestión es que si su Dios, desde su infinito poder, hubiera querido no habría dotado nuestros genitales de la propiedad de sentir placer, ni al cerebro de la pulsión del deseo sexual. Por tanto, cada vez que cuestionan el disfrute de este extraordinario tesoro que tenemos contravienen la mismísima voluntad divina.
Hace unos días, un señor que aparecía en los medios con mirada turbia, identificado como Obispo de San Sebastián y de apellido Munilla, manifestó su oposición al aborto en todos los supuestos, incluido el de la violación. Otro de su mismo rango, que ejerce en Alcalá de Henares bajo el nombre de Reig Pla, fue más allá al comparar el número de víctimas de la Guerra Civil española con el número de abortos practicados en nuestro país desde 1985, que supone, dijo, "un holocausto silencioso". ¡Per favore, monsignore…! ¿Cómo es posible que vuestros febriles pensamientos se alienten todavía al rescoldo de la santa inquisición? Al día de hoy ningún rayo divino los ha fulminado, con lo que o ese Dios todopoderoso ha perdido facultades, o bien pasa de estos individuos.
El partido que gobierna gracias al voto de miles de incautos trabajadores y pensionistas –muchos de ellos desahuciados y en el paro, cuando no estafados por las preferentes– ha claudicado ante los “monsignores” y la extrema derecha, y pretende legislar sobre el cuerpo de la mujer como si se tratara de la prima de riesgo, del déficit público, o del plan general de infraestructuras viarias. Los expertos subrayan que, de prosperar la propuesta de Rajoy (ya está bien de señalar a Gallardón, que es un mandado), más de 50.000 mujeres abortarán de forma clandestina, poniendo en grave riesgo su vida. Pero esto será un tema menor para estos cruzados del bonete y la púrpura, que tienen un concepto muy particular de la "vida". El mismo que tenía el dictador, con cuyos crímenes fueron conniventes y a quien pasearon bajo palio sin importarles cuántas sentencias de muerte firmaba. Sólo por curiosidad, Francisco ¿esta gente es de los tuyos?