En la Uni de Otoño 2022 de Podemos celebrada este finde se han desarrollado sesiones de mucha importancia. Los veinte minutos de intervención de de Pablo Iglesias en la mesa titulada Los golpes del poder: Lawfare y Mediafare son de una potencia política concentrada para entender el modus operandi de los poderes reales en el estado español; también describen a la perfección a la izquierda añorada y deseada por el bipartidismo, frente a una izquierda nueva, como la que representa Podemos, que no se conforma con algún despacho en las diputaciones, concejalías en gobiernos municipales o alguna consejería testimonial de comunidad autónoma.
Aniquilar Podemos con operaciones de guerra abierta y aliento de quinta columnas, es el objetivo del capitalismo cañí, apoyado desde fuera por fondos de capital propietarios de Mediaset, Atresmedia y PRISA, y poseedor de un ejército de precariado periodístico y opinólogos, paniaguaos o bienpagaos, con derecho a roce con la clase rica. Un ejercito mediático que sumado a las cloacas policiales y al ADN de la judicatura franquista, conforman las estructura ósea del sistema monárquico defensor de privilegios de clase. El votante de izquierdas debe de evaluar si prefiere volver a la IU de Cayo Lara, con cero influencia en la calidad de vida de las mayorías, o mantener en el gobierno de España la representación de una fuerza política que no se vende por un plato de lentejas, ni está dispuesta a cambiar sus demandas por entrevistas jabonosas en el programa del Ferri.
Dime quién te adula y te diré qué espero de ti. Dime cómo agradeces a quienes te han ayudado para que estés donde estás y te diré cuánto me puedo fiar de ti. La operación mediática de liquidación del voto de Podemos se trabaja construyendo una imagen amable de quienes están dispuestos a ser condescendientes con el inmobilismo del PSOE, aunque pertenezcan a la zona de su izquierda, al tiempo que se caricaturiza con agresividad a quienes intentan tensar al PSOE para que cumpla sus acuerdos de gobierno, es decir, que sea quien dice ser y no quien es.
Las serpientes con traje de santurrón, cantaba Carlos Cano en la Murga de los currelantes, para señalar el camuflaje de la ideología fascista de los que se acostaron franquistas y se levantaron demócratas. Hombre blanco hablar con lengua se serpiente, cantó después Javier Krae para resumir la traición del partido que en su nombre lleva la palabra socialista. La izquierda no debe ceder al presing, la sindical tampoco. Hay que enfrentar el chaparrón de manipulación televisado, las mentiras de las primeras planas y las arengas ultras radiofónicas, no necesitamos izquierda ni sindicatos con vocación de pertenecer otra vez al grupo del no nos representan.
La otra sesión de la Uni de Otoño de 2022 que quiero destacar es la dedicada a La mayoría progresista y plurinacional de dirección de Estado que lleva casi existiendo casi 7 años. Como desarrolla Pablo Echenique en su exposición inicial, esa mayoría existe visiblemente desde las elecciones de diciembre de 2015 y logra con Podemos entrar el gobierno de España tras las elecciones de noviembre de 2019. Al igual que la institución monárquica es la clave de bóveda del régimen del 78, la permanencia de Podemos en el ejecutivo es la clave de bóveda para que esa mayoría progresista y plurinacional produzca efectos políticos antirreaccionarios. Es la demostración de que existe un bloque de dirección de estado que tensa al PSOE a la izquierda y hacia el reconocimiento de que España es un país con unas cuantas naciones, nacionalidades si lo prefieren, dentro de su estado. Sin eso, tendríamos al PSOE de la reforma del 135 y de la aplicación del 155 de la CE.
La cuestión es cómo hacer crecer la fuerza parlamentaria de esa mayoría, cómo potenciar el crecimiento del bloque de dirección de estado. Mantengo la hipótesis de que solo es posible con un caudal mayor de votos andaluces que se incorpore al mismo. Es una cuestión cuantitativa, evidentemente, son 61 diputados los que aporta al congreso la CC.AA andaluza, pero sobre todo cualitativa. Si hasta Juan Manuel Moreno Bonilla conoce el efecto simbólico de la bandera de Andalucía para sus fines, efecto que mientras no dispute con Ayuso el modelo de España no será atacado por los suyos, es incomprensible que Podemos no busque con más ahínco la manera de aliarse con la bandera de Andalucía, enarbolándola como republicana y federal.
Andalucía debe ser reconocida como nacionalidad histórica y política, como se hace con naturalidad con Cataluña, Euskadi y Galicia. Debe asumirse en las políticas de defensa de intereses y derechos que Andalucía es un territorio que funciona como colonia interior, fundamentalmente de Madrid. Las pruebas son los diferenciales de desempleo, pobreza y desigualdad de nuestra comunidad autónoma respecto de la media española y europea, la especialización de la economía en agricultura y turismo con fuerte desindustrialización, y la extracción intensa de capital humano, ambiental y monetario. Características todas de patio trasero del poder.
Un proyecto de estado que defienda la plurinacionalidad debe avanzar hacia una territorialización orgánica federal, perderle desde Madrid el miedo a Andalucía, sumar la fuerza del sur para crecer y fortalecer el bloque de dirección de estado. En Andalucía existe fuerza cultural identitaria capaz de tener traducción política, se manifestó en la transición contra las fuerzas del régimen en su pacto con los nacionalismos vasco y catalán, por eso somos constitucionalmente nacionalidad histórica. El PSOE, no deseándola, la reconoció sin más remedio, la utilizó y con ella fue imbatible muchos años. Es hora de que el podemismo la engarce sin complejos en su proyecto y la use para defender la democracia republicana y plurinacional.
Sin Podemos, los límites de la izquierda se estrechan. Sin Andalucía, los límites del bloque de dirección de estado no se ensanchan. No iremos ni p´lante ni p´atrás, peleando siempre en el límite con el bloque reaccionario a pique de un repique. Como cantó Carlos Cano en El baile del abejorro, con Andalucía, pasito p´alante, ninguno p´atrás.