Para revertir la situación es imprescindible que el PSOE empiece a cumplir algunas de las líneas del acuerdo de investidura y que comience a realizar políticas de progreso que trasciendan de la parafernalia estática sobre la que se ha escudado en este año.
El actual gobierno local de Jerez se está metiendo en un callejón sin salida. Al incumplimiento del Pacto de Investidura que realizó en junio de 2015 tanto con Izquierda Unida como con Ganemos Jerez se le ha sumado en estos últimos días una nueva traba y con ella una falta de respeto intolerable hacia la edil de Ganemos, Kika González. El ejecutivo socialista ha acusado a dicha concejal de tener intereses personales en algunos de los casos del desastroso ERE municipal. De esta manera, el gobierno municipal no sólo ha mostrado su incapacidad para sacar adelante la readmisión de los despedidos del ERE, sino que cae en la descalificación y en la crítica fácil, aquella que exime los argumentos y da pie al enfrentamiento.
Es incomprensible que, como ya he dicho en otra ocasión, este gobierno, además de ignorar a sus socios de investidura —como ha hecho durante todo este primer año de legislatura—, busque en ellos un enemigo y no un aliado. ¿Cómo se le explica a un ciudadano o a una ciudadana de Jerez que el PSOE está gobernando en solitario Jerez con siete ediles —seis en realidad— y que prescinde del apoyo de los dos de IU y los cinco de Ganemos? Es una situación insostenible sobre la que el gobierno local debe reflexionar antes de precipitarse al vacío absoluto que conllevaría la hostilidad y descalificación empleada en las últimas semanas. Se entiende —o al menos así lo entiendo yo— que el cambio acaecido en el municipio y la no revalidación de un gobierno del Partido Popular tienen un claro objetivo: cambiar las políticas municipales y la dinámica en esta ciudad. Y para ello el PSOE debe contar con los socios que le han proporcionado a su candidata el bastón de mando de la ciudad.
Desde la bancada de enfrente y mientras este torbellino sacude la política local, el PP de Jerez se frota las manos. El PSOE no debería permitir que la confianza que le depositaron Ganemos Jerez e Izquierda Unida para desalojar a la derecha del poder de esta ciudad se vea mermada por un enfrentamiento mutuo. Si sigue así y favorece a la verdadera oposición -aquella que constituye el Partido Popular- quedará bien claro que, por acción u omisión, el gobierno local estará abocado a un fracaso del que será el principal responsable
Para revertir la situación es imprescindible que el PSOE empiece a cumplir algunas de las líneas del acuerdo de investidura y que comience a realizar políticas de progreso y acción social que trasciendan del discurso y la parafernalia estática sobre la que se ha escudado durante este año. Debe dar pie al diálogo, al respeto y a la serenidad de cara a sus próximos compromisos políticos y emprenderlos sin miedo y con determinación por su propio bien y por el de Jerez. Pero si ni siquiera lo intenta —como ya hemos observado— y encima sigue agravando la situación situándose en una posición de confrontación, quedará absolutamente deslegitimado.
Comentarios