Me alegra, me hace ilusión que una poeta haya ganado el premio Nobel de Literatura. Y me hace feliz porque me gusta la poesía, porque escribo poesía y porque admiro a Louise Glück. Ella es una poeta de lo cotidiano, de las cosas sencillas. Louise desmenuza los sentimientos con total claridad, con respeto. Sus poemas de palabras aportan paz y te hace cómplice.
Louise nació en Nueva York, hace 77 años, pero creció en Long Island. "Como una niña, la tierra se va a dormir, o al menos así dice el cuento. Pero no estoy cansada, dice, y la madre responde: puede que tú lo estés cansada pero yo sí". De su obra Una vida de pueblo. En este libro cuenta el día a día rural en Estados Unidos. Cómo vive con sus animales, sus habitantes. Este ejemplar salió a la librerías españolas por marzo, mes que recordamos todos de confinamiento. De un estado de alerta que nos alertó a todos de que la lectura ayuda a sobrevivir.
Después del gran premio de las Letras, como es el Nobel, las librerías se llenarán de títulos con el nombre de Louise Glück y tendremos la oportunidad de pasar por sus lomos nuestras manos. Y llevarlo a casa para disfrutar con su lectura, sus poemas. Según las palabras de su editor en España, la autora en sus escritos vuelca "la reivindicación o exaltación de una vida sencilla, natural, con la recuperación de unq sosiego en comunidades pequeñas".
Una escritora muy premiada en su larga trayectoria. Premio Pulitzer de poesía 1933 por El Iris salvaje. El Iris... fue su primer libro traducido al castellano. También ha sido traducida al catalán por su obra Nit fidel i virtuosa, donde expresa emociones complicadas, confusas pero de manera analítica, serena.
Esta escritora tan laureada, es una mujer sencilla y sus poemas así lo demuestran. Va contando temas que tocan la fibra: la muerte de su padre, su divorcio... cuestiones donde el dolor asoma pero lo analiza de forma excepcionalmente natural. Se ha definido a Louise como "una gran poeta que trata temas domésticos e intimistas que al leer los hacemos nuestros, parece que hablara de nuestras cosas, de nuestras familias, del tiempo que se va.
Al final del sufrimiento
me esperaba una puerta.
Escúchame bien: lo que llamas muerte lo recuerdo.
Allá arriba ruidos, ramas de un pino vacilante.
Y luego nada. El débil sol
temblando sobre la seca superficie.
Terrible sobrevivir
como conciencia.
sepultada en tierra oscura.
Luego todo se acaba...
Poema del libro El Iris salvaje
Louise Glück tiene una larga trayectoria a sus espaldas siendo reconocida, como ya he comentado, en numerosas ocasiones; el premio Wallace Stevens Award en 2008. En el 2014 el Premio Nacional del Libro Critica de Poesía. Y una distinción: Obama le impuso la Medalla Nacional de Humanidades en 2015.
El jurado, que de nuevo ha sorprendido al mundo de las letras con una escritora que no estaba en las quinielas de ganadores, la ha premiado dicen por "su inconfundible voz poética de una austera belleza que hace universal la existencia individual". Nuestra poeta ha dado clases en varias universidades, actualmente es profesora adjunta de inglés en la Universidad de Yale. Pero sigue escribiendo después de once libros publicados.
Fue en su adolescencia cuando la autora sufrió una anorexia nerviosa, que la llevó a un largo tratamiento que le duró siete años. Este proceso le impidió ir presencialmente a la universidad, por lo que se dedicó a participar en cursos de escritura creativa. Durante este tiempo de tratamiento y recuperación escribió mucha poesía.
Tenía sólo 25 años cuando publicó su primer trabajo. Pero su reconocimiento no llegaría hasta 1985 con la obra El triunfo de Aquíles. Y a partir de los 90 ya fue considerada como una de las voces poéticas más renombradas de Estados Unidos. "En mi primer mundo el mundo parecía lo salado, lo amargo, lo prohibido, lo dulce. En mi segundo sueño descendía, era humana, no veía nada de nada...". Del libro Las siete edades (2001).
"Se me secó el alma. Como un alma roja del fuego, pero no del todo, no hasta la liquidación. sedienta, sigue adelante. crispadas no por la soledad sino por la desconfianza resultado de la violencia", del libro Vita Nova (1999). La poesía, ese mundo difícil y mágico tiene su premio en Louise Gluck, vemos cómo los placeres que parecen pequeños dan grandes momentos.