¿Qué lleva a un hombre a matar a su mujer?. Qué.
Ha vuelto a ocurrir, ha matado a su hija y a su esposa. Con cierto desaliento, vemos cómo queda reflejado en una noticia que apenas interesa.
Va de paso, entre tantas otras de política, inflación y guerras. La violencia de género es una guerra que no acaba. Una guerra continua contra las mujeres que soportan la mala baba de sus parejas hasta que un día este decide acabar con sus vidas después de un calvario que muchas no denuncian.
Y no denuncian, no por falta de información. Es el miedo, ese monstruo que las paraliza, las hace pequeñas, invisibles. Saben que ellos van a volver, que las buscarán y las encontrarán.
Y entonces… Entonces quién las va a proteger cuando se encuentren a solas con su enemigo. Quién o quiénes la salvarán.
Mala cosa esa que por habitual se normalice el horror, la crueldad sobre las mujeres a manos de sus parejas, añadiendo, como en este y otros muchos casos, a los hijos para que el daño infligido sea mucho mayor.
No podemos insensibilizarnos ante tamaños homicidios.
Los casos han disminuido sensiblemente con la Ley Integral sobre Violencia de Género y las medidas adoptadas por las Administraciones Púbicas, pero está claro que no es suficiente.
El suceso más reciente; el pasado día 1 de octubre en Valencia de Alcántara, un pueblo de Cáceres, la víctima era madre de dos hijos pequeños, uno de ellos de tan solo 14 meses. El marido la mató delante de este último, a cargo ahora de la Junta de Extremadura.
¿Qué será de ese niño?, ¿qué familia lo acogerá?. Ya no crecerá junto a su madre. Ella había denunciado, pero se archivó.
Y el domingo nos levantamos con otro crimen de violencia de género, no sé cómo lo llamarán los partidos de derecha, pero el tipo de 39 años mató a su pareja de 29 y a la hija de ambos de 6 años. El criminal se intentó quitar la vida. Y decimos más de uno, ¿por qué no se quita la vida antes de matarlas?. Ya van 36, no son solo números, tienen familias. Una vida detrás de cada noticia o titular. Una vida dura y desgraciada hasta acabar con este brutal final.
No, no serán las últimas antes de acabar el año y el que viene, mientras existan hombres que traten a las mujeres como si fueran sus amos.
La libertad de ellas atenta contra su identidad de varón, pisotean su hombría. Según expertos en violencia de género, son crímenes por convicción. Creen que ellas no merecen vivir.
Ellas y en ocasiones, como ya sabemos, tampoco sus hijos para infligirles más daño. Así funcionan estos criminales con su código dominante masculino.
El maltrato llega primero por el hecho de ser mujer y no doblegarse a ellos, a sus requerimientos, a sus órdenes, a su voluntad.
Esto va de educación en valores.
EDUCACIÓN en mayúsculas, desde pequeños, en las escuelas siguiendo en los Institutos o incluso en los Colegios Mayores. Educación en la NO violencia y el RESPETO a las mujeres.
A partir de ahí construiremos un mundo mejor.