¡Qué vuelva Antonio Ozores!

Periodista.

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"...no tengo claro que Ozores hubiese podido entender lo que dijo Puigdemont, entre otras cosas porque me malicio que el propio presidente tampoco fue consciente de lo que quiso decir".

Porque sólo el genial actor valenciano fallecido en 2010 sería capaz de entender elesperpento surrealista que se está viviendo en Cataluña, con declaraciones de independencia que duran menos de un minuto y un discurso, el del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, difícil de entender y, sobre todo, complicado de interpretar. Supongo que la mayoría de ustedes recordarán a Ozores soltando una perorata ininteligible en la que, de vez en cuando, iba dejando caer alguna palabra bien clara para finalizar con alguna de sus lapidarias frases: "Porque Gibraltar, siempre será español", o "no, hija no".

Pues aún así no tengo claro que Ozores hubiese podido entender lo que dijo Puigdemont, entre otras cosas porque me malicio que el propio presidente tampoco fue consciente de lo que quiso decir. El ex alcalde de Girona, en mi opinión, sólo busca ganar tiempo y tratar de agrandar su imagen como víctima ante unos supuestos mediadores internacionales y  la prensa internacional, que según él y sus acólitos, están de su parte, al igual que algunos líderes europeos, dicen desde Cataluña.

Lo del pasado martes en el Parlament catalán fue un gran despropósito. No creo que pueda hablarse de declaración de independencia porque eso debe ser refrendado por el propio Parlament, algo que no se hizo, sustituyéndose por la firma de un documento que no tiene validez alguna al no ser refrendado en sede parlamentaria. La cara de los parlamentarios de la CUP, e incluso de Puigdemont y los suyos, no hablaban de felicidad precisamente...

Puigdemont se ha saltado hasta las propias leyes que él y los suyos crearon saltándose el reglamento del Parlament por donde les dio la gana. El 1 de octubre lograron hacerse, apoyados por la torpeza del gobierno central, con la atención de la prensa internacional y de algunos grupos políticos en el Parlamento Europeo, concretamente la ultra derecha, que no son precisamente los mejores compañeros de viaje.

Y, por esto mismo, es también preocupante que Podemos apoye un movimiento nacionalista, en las antípodas de sus principios. Los que abogan por la desaparición de las fronteras, a favor de construirlas en España.

Lo ocurrido el 1 de octubre, con aquellas imágenes lamentables, no sirve para legitimar el continuo acoso y derribo a la legalidad en el que se ha instalado Puigdemont. Ahora pide diálogo, el mismo que él negó a los grupos de la oposición el 6 y 7 de septiembre en el Parlament, en un ejercicio de cinismo, uno más, en esta batalla que plantea a todos los españoles desde la más absoluta ilegalidad. Vuelva usted a la legalidad y a partir de ahí se podrá hablar. Su decisión del pasado martes sólo sirve para seguir creando incertidumbre en un momento muy delicado. Las empresas no dejan de salir de Cataluña buscando seguridad jurídica, y puede que lo peor esté por llegar.

Resulta llamativo que quiera diálogo pero en el papel sin valor que firmaron 72 diputados deja muy claro lo que quiere, dando muy poco pie a dialogar. Porque ellos no quieren diálogo, tienen muy claro cual es su objetivo, y su única intención con el mamarracho que representaron el día 10 es querer culpabilizar al estado español. No hay otra. El victimismo como estrategia.

No sea más cínico, ni usted ni los que le rodean. Vuelva a la legalidad, aunque no sepa que es eso ya que se salta hasta las leyes que usted promulga desde la ilegalidad, hágase un favor y no ensucie más el nombre de Cataluña. Entonces sí se podrá dialogar y afrontar las responsabilidades judiciales y penales que correspondan.

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