Al fin una semana tranquila. Una semana tirando a muermo, que prácticamente no se merece ni que esté garabateando estas páginas.
Al fin una semana tranquila. Una semana tirando a muermo, que prácticamente no se merece ni que esté garabateando estas páginas: lo estoy haciendo porque yo siempre que contraigo un compromiso… bueno, porque yo siempre voy a estar ahí, digamos. La gestión de una ciudad es apasionante, desde luego, pero también tiene que haber semanas como ésta, así, aburridota. Me he acercado a ver la inversión que estamos haciendo en San Benito —ya nos vamos acercando a Montealto, ja, ja— para adecentar la barriada… y poco más.
Poca agenda esta semana, que además tengo al personal bajo mínimos —bueno, como siempre— pero esta semana más, con el susto que nos ha dado Santi Galván y luego va Carmencita y se tuerce el tobillo justo antes de ir a recorrer ‘la Toscana’ en bici, que hay que ver que la Junta le va a meter cuatro millones de euros a los carriles, eh, para esto del enoturismo, que viste mucho, que así son las cosas en el mundo, que en la ciudad nos las vemos y deseamos para poder asfaltar, pero eso sí, vamos a tener la campiña con unos carriles ‘niquelaos’. En fin… Ah, y lo de la Toscana. No he terminado con lo de la Toscana. Hay que ver qué pesados se ponen los periodistas con sus comparaciones. ¿A quién se le ocurriría lo de la Toscana para hablar de las mejoras de la campiña de Jerez? Que por lo que se ve los de Jerez vamos todos los años de vacaciones a Florencia o a Siena y sabemos qué nos quieren decir los periodistas, que fue uno, uno cualquiera, lo llamó así, se quedó tan pichi, y luego todos detrás, hasta los políticos... Ah, y oye, que la gente allí será muy fina, que lo es —excepto los que juegan al calcio antiguo, claro, qué brutos—, pero de vino, de vino vaya, que el Chianti está bien, yo no digo que no, pero donde esté un palo cortado de mi tierra, pues de qué, hombre, de qué…
Ah, que está también lo del tripartito, se me olvidaba esta fruslería, digo… quiero decir ‘ese tema fundamental para el funcionamiento de la ciudad’, así, con sus comillas. Pues no sé qué decirte, Caro Diario, ya en toscano, por seguir la broma… Desde que comencé a escribir estas páginas lo puse negro sobre blanco, como dice ahora algún pedantillo: lo peor ya ha pasado, actitud positiva. Como he tenido poca agenda me ha dado tiempo a leer las 133 soluciones para Jerez que proponen Ganemos e IU y oye, pues bien, nosotros les hemos dado otras decenas para que se entretengan el fin de semana, que como el domingo llueve, pues eso, para que tengan lectura… Ah, nuestras propuestas son desde dentro, por cierto, desde la gestión, se me olvidaba decirlo. ¿Que qué va a pasar? Ni idea, a ver qué dice Miriam, digo, el partido. Hace una semana parecía que ni de coña, ahora que lo mismo, que lo mismo hay acuerdo, quiero decir, ja, ja… Bueno, yo voy a seguir siendo la alcaldesa así que si hay tripartito, bien, si no, pues también, menos dolores de cabeza…
Poco más que contar, querido Diario. Ah, sí, otra cosilla. Ya sabes que después de la delegación que vino a Jerez hace unas semanas yo estaba por dedicar este año la Feria del Caballo a la ciudad de Reims, la capital de Champagne, hacer algo fino con esta región y dejar lo de Lola Flores para 2018 y así darle otro año más de homenaje, aunque sea sin actos, pero homenaje al fin y al cabo, eh, pero mi instinto político me ha salvado de nuevo. Esto que me ha dado a mí por champagne y va y resulta que aparecen facturas de 1992 de Moet Chandon. No es un pastón, son 600 euros, así que deben ser unas veinte botellas, pero descubrir que en Jerez hace 25 años ya se brindaba con plena liberalidad con champán francés me ha dejado un tanto trastornada, no iba a ser una idea nada original, así que creo que lo de dedicar la Feria a Reims queda pospuesto sine die. Total, para un desavío siempre nos quedará la Toscana…
M.