El próximo día 23 tendremos que acudir de nuevo a las urnas para votar las listas que los diferentes partidos presentan para el Congreso de los Diputados y el Senado. Las diputadas y diputados elegidos deberán elegir un presidente del Gobierno para España y también llevar la voz de sus votantes a las cámaras de representación. Lo primero es evidente, ya veremos en qué sentido, lo segundo es bastante relativo, ya que, en nuestro actual sistema jurídico-político, la gran mayoría de los representantes electos sólo se sienten obligados ante las direcciones estatales de sus respectivos partidos y pasan olímpicamente de los votantes de las circunscripciones por la que fueron elegidos.
Esta situación conlleva que Andalucía, que es la comunidad autónoma del Estado que más diputados y diputadas lleva al Congreso, se vea totalmente ausente del debate; inerte ante la desidia de unos representantes que no la representan, que hacen mutis por el foro ante las graves dolencias de nuestra tierra y que sólo mueven el dedo para votar lo que sus direcciones estatales les indican. Son como personajes silentes que se mimetizan con el escaño y temen volverse estatuas de sal cuando miran a quienes representan, a ese Sur del que provienen, utilizando su terminología preferida.
Andalucía no puede permitirse este silencio colectivo de sus diputados y diputadas, esta situación de alta vulnerabilidad en el lugar donde se toman decisiones fundamentales para el presente y el futuro de gran parte de nuestra gente, de la mayoría social de nuestro pueblo. Catalanes, vascos, gallegos, valencianos, canarios, incluso turolenses tienen una voz que les defienda en Madrid, y sin embargo Andalucía no existe, no consta en el diario de sesiones del Congreso excepto en poquísimas excepciones, la agenda andaluza, la cuestión andaluza nadie la sube al estrado, a Andalucía nadie la defiende. Y razones para que eso no sea así las hay, muchas y sangrantes:
Veamos algunos datos:
Andalucía, según el último EPA, tiene un porcentaje de desempleo del 18,3%, el conjunto del Estado del 13,26%, en el extremo opuesto País Vasco del 8,44% y Aragón del 8,94%. Cádiz es el territorio que se lleva la palma de latón con un índice del 24,96%. Tenemos los mismos datos de paro que Ruanda o Jordania por poner dos ejemplos. Y estos datos nos son puntuales, son estructurales. La brecha no se estrecha, sino que se agranda.
Según la última encuesta de condiciones de vida del INE con datos del 2022 la tasa andaluza de riesgo de pobreza o exclusión social es del 36%, la del conjunto del Estado del 20,4%; los mejores datos para Navarra y País Vasco con el 14,5% y el 15,69% respectivamente.
En PIB per cápita la media del Estado, con datos INE de 2021, es de 25.498 eur, con los mejores registros en Madrid, 34.821 eur, País Vasco, 32.925 eur y Navarra, 31.024 eur; en Andalucía nos quedamos en 18.906 eur, casi a la mitad que la capital del Reino. Y eso que España es Madrid.
La esperanza de vida al nacer del Estado es de 83,07 años con datos de 2021 publicados por el Ministerio de Sanidad, la esperanza de vida andaluza es de 81,49 años, la más baja del Estado español exceptuando a Ceuta y Melilla.
Estos cuatro ejemplos denotan una clara emergencia social en nuestro país. Una excepcionalidad social que no ha sido afrontada por lo diversos gobiernos. Y esta marginalidad y subalternidad de nuestra tierra no responde a un fatalismo milenario, sino que tienen causas políticas y económicas que lo explican y que la extensión de este artículo impide su exposición, para esto os recomiendo que leáis a los profesores Caros Arenas Posadas y/o Miguel Martínez Cuadrado.
Hay más cifras, más datos, pero no pretendo ser cansino ni exhaustivo, valga lo expuesto para dejar palmariamente claro que en Andalucía la gran mayoría social que sufre estos números, estas frías estadísticas que ocultan verdaderos dramas personales, necesita una voz que plantee sus problemas, una voz que les defienda, y esa voz sólo puede venir desde un partido andaluz, desde un partido andalucista claramente anclado en la izquierda que no sólo apoye este bloque contra la derechas sino que ponga voz a los sin voz y que haga visibles a los invisibles.
El próximo día 23, en Cádiz, da un golpe en la mesa, vota por ti, vota por Andalucía, vota Adelante Andalucía.
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