Aún coleaba en el imaginario público el incidente del barco Aquiarius en el Mediterráneo, cuando una oleada de inmigrantes en nuestras costas ha destapado de nuevo la caja de los truenos entre la clases política y, lo que es peor, entre la propia ciudadanía.
Y este “desencuentro” ha sido mucho más claro y manifiesto en las redes sociales, que han servido en primer lugar como púlpito para determinados dirigentes políticos que normalmente no tienen acceso a las grandes cadenas de televisión y radio (como los representantes de VOX), y en segundo lugar a una legión de usuarios que, como si de un mantra se tratara, se ha dedicado a repetir hasta la saciedad los mensajes de sus respectivos líderes.
De esta manera, Facebook y Twitter se han convertido en un campo de batalla improvisado donde los unos, los otros, y los de más allá, se han atizado de lo lindo exhibiendo argumentos que a veces se basan en bulos, medias verdades o en simple propaganda.
Sorprendente ha sido ver al mismísimo Albert Rivera, opositor y presidenciable, desdecirse de lo que afirmaba hace apenas dos años sobre la necesidad de ser solidarios en temas de inmigración, dándoselas de europeísta convencido y firme seguidor de las políticas de colaboración internacional. En aquel entonces, su objetivo era claro: Ciudadanos repuntaba, el Partido Popular estaba seriamente tocado por la Fiscalía Anticorrupción y había que ganar votos. Ahora que las cosas han cambiado y es Sánchez quien gobierna, toca girar 180 grados y decir todo lo contrario. Pero no se engañen. El objetivo es el mismo, y no es otro que ganar el voto fácil, ése que tanto ha criticado el propio señor Rivera etiquetándolo de “populismo”.
A esta moda se ha unido el nuevo líder del Partido Popular, Pablo Casado, aunque lo de este señor ya roza el show, con foto incluida junto a un subsahariano acogido para su teatrillo particular. Deleznable, nauseabundo… política de sumidero.
Alguien debería recordarles a estos dos señores en concreto que la política incendiaria, en efecto, te reporta votos… Pero te quema el salón de la casa. Y de nada servirá ser el dueño de la vivienda cuando ésta quede calcinada hasta los cimientos. De eso los españoles sabemos bastante, porque en la asignatura de Luchas Fratricidas hemos sacado varias matrículas de honor a lo largo de la historia, la última, no hace más de 80 años.
Y mientras tanto, medios afines y voceros haciendo propaganda inhumana, xenófoba y racista sin ningún tipo de pudor y sin medir las consecuencias, en esta nueva interpretación del pim, pam, pum y el todo vale.
Como pueden comprobar, unas redes muy sociales, sí señor.