Una de las protagonistas de la lucha por los derechos de las mujeres a caballo entre el siglo XIX y el siglo XX fue la notable socialista alemana Clara Zetkin.
Este pasado sábado el colectivo Marea Violeta Jerez reunió a un importante número de jerezanos y jerezanas en la plaza del Arenal para celebrar el Día Internacional de la Mujer que se conmemora cada 8 de marzo. En este emplazamiento colocaron varias pancartas con la biografía de algunas de tantas mujeres luchadoras de nuestro país.
Mujeres españolas como Clara Campoamor, Concepción Arenal, María Telo o María Domínguez, entre otras. Esta fantástica iniciativa no sólo hay que aplaudirla sino que hay que fomentarla activamente. Porque no olvidemos que la educación, en cada una de sus vertientes, es la única vía para la consecución de una sociedad más justa y plural y, por ende, igualitaria. Por ello es importante dar a conocer nuestra historia y acercarse a las personalidades femeninas más influyentes. Aquellas mujeres que, como grandes luchadoras y pese a estar desfavorecidas y nadar a contracorriente en un contexto que las marginaba y excluía de la vida social o política, consiguieron vencer el establishment. A este respecto, me sumo a la iniciativa pero en clave internacionalista.
«El primer enfrentamiento de clase que se produce en la historia coincide con el desarrollo del antagonismo entre el hombre y la mujer en el matrimonio monógamo, y la primera opresión de clase coincide con la del sexo femenino por el masculino […] La prosperidad y el desarrollo de unos se ha ganado a costa de la miseria y frustración de otros. El matrimonio monógamo es la forma celular de la sociedad civilizada en la que puede verse ya la naturaleza de los enfrentamientos y contradicciones que actúan de lleno en dicha sociedad».
F. Engels en El origen de la familia, la propiedad y el estado (1881).
Una de las protagonistas de la lucha por los derechos de las mujeres a caballo entre el siglo XIX y el siglo XX fue la notable socialista alemana Clara Zetkin que bien merece ser recordada precisamente en esta efeméride del 8 de marzo. Clara Zetkin, desde la perspectiva marxista, no sólo impulsó la celebración de este Día de la Mujer Trabajadora (que durante los primeros años varió considerablemente según el país donde se celebraba) sino que participó activamente en la conformación del pensamiento pro igualdad de género. Zetkin editó durante casi tres décadas (de 1891 a 1917) el semanario Die Gleichheit, una publicación bimensual para las mujeres trabajadoras que se constituye como uno de los primeros órganos de difusión del feminismo de corte socialista. Además de integrar desde un primer momento el SPD, presidio la Internacional Socialista de Mujeres y posteriormente, en clara posición antibelicista que compartían otras mujeres influyentes del partido como Rosa Luxemburgo, se integró en el Partido Comunista Alemán. La lucha por la mujer que esta alemana emprendió era constante y simultánea a la oposición al sistema de opresión capitalista.
Fue en Copenhague, en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, cuando precisamente se acordó fijar un día al año de lucha para el derecho al voto de la mujer y la concienciación en torno a la problemática de género, especialmente en clave política. Aunque en un primer momento se celebró una multitudinaria manifestación el 11 de marzo, tras varios años de celebración el 8 de marzo se conformó como Día de la Mujer en todo el planeta. En un principio que la celebración tuviera lugar en marzo fue una forma de continuar las protestas que las trabajadoras del sector textil de Estados Unidos lideraron años atrás. El incendio de una fábrica en Nueva York que provocó la muerte de 146 mujeres por falta de medidas de prevención y seguridad contribuyó a que el mes de marzo se constituyera como eje de reinvidicación de libertades y derechos para la mujer.
A día de hoy y pese a las grandes consecuciones y diferencias que nos separan de la coyuntura social de hace un siglo, la igualdad plena sigue siendo un reto. Es por ello que la lucha de revolucionarias como Clara Zetkin debe constituir un ejemplo para las mujeres (y hombres) de todo el mundo. ¿Y si continuamos el camino que ellas comenzaron?