Tengo un amigo que en la finca de la familia tiene ganado ovino que ordeñaban y vendían la leche, y pusieron una quesería. Al poco pusieron una planta de selección de bolos de sílice, guijarros, para la industria del piso en Castellón, y seguidamente le pusieron varios molinos eólicos en la finca. Y me cuenta que un señor mayor le dice un día en el bar: “Eso de poner una quesería está muy bien, pero lo de vender las piedras hay que tener arte, ahora que lo de vender el aire, eso ya es para premio”. En mi trabajo anterior de director de una oficina bancaria un cliente me planteó, cerrando las puertas y preguntando si nos escuchaba alguien, que tenía una oferta para invertir 300.000 euros en paneles solares que le producirían 3 millones en 50 años!!!.
Pues bien, con la ganadería extensiva nos pasa como a mi amigo en su finca, pero justo al revés, están rizando el rizo, para premio, para que sea inviable, y me pregunto, ¿a quién beneficia?, como le pregunté al de los paneles solares. El beneficio era para el que vendía los paneles, no para el inversor.
Empezaremos por los años 90 con el cierre de los mataderos locales, con lo cual perdimos la posibilidad de la economía local, y nuestros corderos se los llevan a mataderos lejanos, incrementando los gastos y perdiendo nuestro valor local, cuando existen miles de mataderos locales cerrados, que se podrían poner en marcha.
Luego cerraron las vaquerías locales, en mi pueblo vivían 2 familias y repartían la leche casa por casa, como en Gran Bretaña se sigue haciendo, pero aquí había peligro para la salud, cuestión que se soluciona con un cueceleches, que debe valer menos de un euro.
En la reforma de la PAC de 2015, cambiaron el pago de cabeza de ganado a hectárea elegible, y aquí se llevó a cabo el mayor ataque a la ganadería extensiva, sin que casi nadie dijera nada, sobre todo a los ganados que están en nuestras sierras, donde más falta hacen. Les dejaron sin hectáreas elegibles. Como ejemplo, un ganadero de mi zona con una finca del Ayuntamiento de 1.300 hectáreas. y 800 cabezas de ovino y caprino, con una subvención de 24.000 euros, al cambio de sistema, como de las 1.300 hectáreas le dejaron solamente 36 hectáreas elegibles, le repartieron los 24.000 euros y salía a a 667 euros/hectárea, y durante ese periodo perdió el 30% por cobrar por encima de la media, se quedó en 16.800 euros anuales.
Ahora le asignará solamente 36 derechos que cobrara a 56 euros/Ha, más el ecoesquema y la renta distributiva, total no llegara a los 4.000 euros al año. ¿Qué ha hecho este señor? Poner en venta el ganado, y el Ayuntamiento se quedará sin el ingreso de los pastos, y la administración regional tendrá que gastar más dinero en limpieza de montes, los senderistas podrán entrar menos al monte, los seteros y los truferos no podrán entrar en unos años... En definitiva, todos perdemos y la sociedad incrementa los gastos: le sale más caro mantener el monte limpio que con la ganadería. Pero algunas administraciones han inventado la “oveja bombera”, ¡¡manda narices!!, ponen un parche para salir en los medios, no funciona y sale más caro, cuando ese problema no existía.
Cada vez se da con más frecuencia que se regula un tema, como por ejemplo éste, que funcionaba bien, para hacerlo desaparecer y después intentar reponerlo con soluciones absurdas, que evidentemente no funcionan.
Si desaparecen los ganados de todo tipo de nuestros montes, no sólo perderá la sociedad para su uso recreativo, perderán las ciudades, pues habrá más incendios, bajarán las lluvias, habrá episodios de lluvias torrenciales, habrá menos agua en los manantiales, afectando al abastecimiento humano, a los regantes, aguas abajo, a la captura de carbono. Como ejemplo real, los invernaderos de Almería se nutren de estiércol de la ganadería extensiva en Santiago-Pontones, pues sus tierras ya no producen sin los aportes del “silre”.
Con la nueva reforma que entrara en vigor en 2023 todos pensamos que, como era la más perjudicada económicamente, habría una mejora en las compensaciones o mal llamadas ayudas, pero ha llegado la última sorpresa en el Pepac, nuevo programa, y bajan las UGM un 33% en ovino y caprino, y un 20% en vacuno y equino de carne, y mantienen la carga ganadera en 0,20 UGM por ha., cuestión está que no aguanta NINGUNA FINCA o ZONA, de la ESPAÑA seca.
Esto no sólo significa cobrar menos por los derechos que teníamos, menos que antes de esta reforma, sino que se aplicara a los pagos por ecológico, poniendo en riesgo ese 25% de la SAU en ecológico, al cobro de la conservación de especies en peligro de extinción, que bajarían de 23 a 13 E, el programa de pastoreo extensivo, etcétera
¿A quién beneficia esta rebaja de las UGM? He leído que el cambio es para igualar con las que se aplican en Europa, pues bien, para no perjudicar a la sociedad en general, y a los ganaderos en particular, hay una medida muy sencilla, y es volver a la carga ganadera que había vigente antes de 2015, que era de 0,10 UGM, o si queremos para dejar igualados con lo que había y no generar perjuicios, dejarla entre 0,13 y 0,14 UGM por ha. con los nuevos valores que propone el Ministerio de Agricultura.
Esperemos que el Ministerio nos escuche y lo cambie, porque en lo que nos vamos a afanar es en explicar esta circunstancia a todos los ganaderos españoles, que la gran mayoría todavía no lo sabe.