Lorena, el relevo de una ganadera

La tecnología ha llegado a la agricultura y a la ganadería con el mismo ímpetu que ha llegado al resto de la sociedad, las aplicaciones, los dispositivos, el monitoreo que se puede hacer es muy extenso

Veterinaria y agente de igualdad de género

Lorena, el relevo de una ganadera

Hoy he tenido la suerte de conocer una ganadería de cabras muy especial “La niña del rio”. El recibimiento que puedes tener cuando llegues es una perra border collie, que de nerviosa no ha crecido, o puede que estés de suerte y se una al sequito de recibimiento una ternera que tienen como mascota exótica. Esta cabreriza tiene encanto, por el lugar, por la casa, por el ganado, pero sobre todo por las personas que trabajan en ella. Cada una de las tres personas, que se dedican a hacerla funcionar, son una joya. 

Es una ganadería de cabras de raza Malagueña, ubicada en el municipio de Almogia, al sur del Torcal, tienen 500 cabezas y pertenecen a la Asociación de criadores de raza Malagueña CABRAMA. El hecho de pertenecer a una asociación de criadores de raza selecta, de entrada, te indica que la gerencia de la ganadería sabe que es necesario mejorar la genética de su ganado para seguir siendo rentable y además, participar de forma activa en la asociación. En esta ganadería se podría hablar de mucho de cabras, pero lo realmente extraordinario son las personas.

INNOVACIÓN

Sin duda, la persona que más llama la atención de entrada es Lorena, una chica joven, que ha vivido y trabajado en la ciudad, preparada, con don de gentes y que, hace 4 años, decide que en vez de trabajar para otra persona, prefiere iniciar su camino como emprendedora y empieza a trabajar en la ganadería familiar. Lorena está llena de energía, ideas, gracia, conocimientos, entusiasmo. Lejos de ser una joven que deambula por la vida sin tener muy claro hacía donde la llevará la corriente, ella más que correr vuela en busca de su sueño, una ganadería automatizada, una casa rural, un negocio de ocio rural y miles de ideas más que revolotearán en su cabeza, pero que aún no se han manifestado. Esta chica hizo la formación de la Escuela de Pastores para adquirir los conocimientos mínimos para trabajar de forma profesional en su ganadería. Este hecho, que en ocasiones viene impuesto por la normativa a cumplir para ser nueva agricultora, se puede realizar desde dos posicionamientos, se puede estar en la formación para cumplir expediente o se puede aprender. Sin duda, Lorena decidió impregnarse de conocimiento. Aunque parezca que esta actitud es la frecuente, la realidad es que el sector primario necesita de muchas “Lorenas” que están dispuestas a mejorar su formación. La tecnología ha llegado a la agricultura y a la ganadería con el mismo ímpetu que ha llegado al resto de la sociedad, las aplicaciones, los dispositivos, el monitoreo que se puede hacer es muy extenso, pero hay ganaderos y ganaderas que miran con recelo las innovaciones y no han entendido que la tecnificación ha venido a quedarse y que puede suponer mucha ayuda, si se tiene unas nociones mínimas para manejarla. En la ganadería “La niña del rio” se tecnifica en la medida que la economía lo permite, pero las directrices son claras, hay que hacer uso de las nuevas tecnologías para optimizar el trabajo y rentabilizarlo. 

Esta ganadería reúne muchos de los requisitos necesarios para ser viable, tiene relevo generacional, tiene mano de obra especializada (ya hablaremos de Carlos), tienen los conocimientos antiguos del abuelo de Lorena, está al tanto de los nuevos avances y tiene diversificación de actividades económicas. Un elenco de alicientes que la hacen un sitio delicioso para visitar.

ESPACIO PARA EL RELEVO GENERACIONAL

Parte de que esta explotación ganadera sea como es, es Antonia, la madre de Lorena. Antonia es una mujer joven que se hizo cargo de la ganadería de su padre, es la jefa de la explotación y el alma mater de la misma. Las decisiones pasan por ella, pero lo más admirable de esta ganadera es que ha entendido que para que su hija pueda vivir de las cabras, debe darle rienda suelta a las mejoras e ideas nuevas que ella quiera implementar. La falta de relevo generacional en el sector primario es una enfermedad que afecta a todo el estado español, por un lado, la juventud no quiere quedarse con las explotaciones agroganaderas de sus mayores, pero por otro, hay muchas personas que han dedicado su vida a sus explotaciones y ahora no saben dar un paso atrás para que sus hijos o hijas tomen las riendas. Sinceramente, creo que lo más bonito que le pase a un padre o a una madre es que su descendencia quiera seguir sus pasos y continuar con su negocio, pero para que esto suceda hay saber ceder el timón de mando. Me permito el lujo de citar a Platón, porque describió hace 2.500 años lo que él percibía de la juventud: 

“La juventud de hoy ama el lujo. Es mal educada, desprecia la autoridad, no respeta a sus mayores, y chismea mientras debería trabajar. Los jóvenes ya no se ponen de pie cuando los mayores entran al cuarto. Contradicen a sus padres, fanfarronean en la sociedad, devoran en la mesa los postres, cruzan las piernas y tiranizan a sus maestros". 

Esta afirmación que se hizo de la juventud hace miles de años podría servir para describir lo que muchas personas mayores piensan sobre los y las más jóvenes actuales. Comparto esta reflexión sobre si, será parte de la evolución que la juventud tenga una punto de irreverencia, y si evolucionamos gracias a permitirles que lleven a cabo sus ideas, probablemente sí. Volviendo a nuestra ganadería, Antonia ha entendido esto, ella lleva viviendo con y de las cabras toda su vida, pero acepta que su hija traiga ideas nuevas, emprenda otros proyectos complementarios y, lejos de frenarla, la anima.

Aunque de esta ganadería se puede admirar el arroje que manifiesta Lorena, merece el mismo nivel de admiración el acierto de su madre, de permitirle llevar a cabo sus iniciativas. Sería interesante que las personas mayores que tienen posibles sucesores o sucesoras en sus negocios agroganaderos se planteen cuanto espacio les permiten a sus descendientes para que crezcan y consideren que ese negocio es tan suyo como de sus padres.

MANO DE OBRA CUALIFICADAD Y RECONOCIDA

Y, por último, pero no menos importante, hablar de Carlos, el cabrero. Este señor decidió trabajar con Antonia. Sabe de cabras, de plantas, de manejo, de enfermedades, de parideras, pero, sobre todo, le gusta y ha encontrado en la realización de su trabajo su forma de vida. Carlos manifiesta el compromiso con la ganadería y con el ganado por encima de horarios y ubicaciones. Ha entendido que en las ganaderías hay días que son planos y monótonos, pero que hay días en los cuales es necesario parar las manecillas del reloj y anteponer las obligaciones al horario. También ha entendido la simbiosis que se realiza entre la naturaleza, los animales y las personas. Se debería aprender mucho de este hombre, porque tiene gusto por el trabajo bien hecho en vez de ceñirse a cumplir a cumplir mínimos y disfruta con el contacto con el campo, en vez de estar conectado al televisor en su sofá. Probablemente haya entendido que la plenitud de la vida incluye la realización de un trabajo que beneficia a las personas y al medio ambiente, y a eso se dedica él. Otro de los motivos por los que Carlos se ve bien en la ganadería es porque está bien considerado y es uno más de la misma. Esta reflexión también es importante, las personas que trabajan en explotaciones ganaderas deben saber que su trabajo es digno e imprescindible. O se consideran reconocidos porque saben de la importante labor que realizan o dejarán el trabajo en cuanto tengan la oportunidad de encontrar otro empleo que consideren más “moderno”. Este razonamiento también lo ha entendido Antonia, de ahí la cohesión del equipo de personas que ha construido.

La sociedad entera debemos reflexionar sobre la importancia que tiene cada agricultor y cada ganadera, cuando realizan su trabajo a lo largo de todo el año, independientemente del mercurio, de la lluvia o de los ingresos que ese trabajo les repercuta. Verdaderamente su labor va mucho más allá de la calidad de los alimentos que nos ponen en la mesa, que es excepcional, la importancia de su labor incluye mantener el medioambiente para conseguir un aire apto para nuestros pulmones, el cuidado de la biodiversidad, gracias a la flora y la fauna que se nutre del abono que dejan las cabras cuando pastorean y del mantenimiento de la rueda de la producción primaria, para tener la seguridad de contar con alimentos. La sociedad deberíamos admirar a este sector, denostado en muchas ocasiones, como el gran conservador medioambiental que mantiene vivo cada uno de los rincones que la madre naturaleza nos ha regalado. 

Y las personas que estéis cerca de Almogía deberíais incluir la ganadería “la niña del rio” como una de las experiencias al aire libre a realizar, para conocer el entorno y las personas.

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