En nuestro país existen diferentes tipos de segregación escolar, desde la segregación académica, pasando por la segregación por clase social, por origen nacional, o, aunque anecdótica en cuanto a número de centros afectados con un alto componente simbólico, por sexo. ¿Cómo podríamos definir la segregación escolar?
La segregación escolar es la distribución desigual del alumnado entre los centros educativos de un territorio en función de sus características personales o sociales, o de sus condiciones. Esta definición está asociada a la dimensión de uniformidad; sin embargo, también es posible considerar la dimensión de aislamiento. Por lo mismo, segregación escolar sería la probabilidad de que un o una estudiante de un grupo minoritario se encuentre en la escuela con otro de su mismo grupo.
Tanto se segregan de manera consciente las personas más favorecidas de esta sociedad, principalmente en la Educación Privada, como son segregados el alumnado más desfavorecido atendiendo a su clase social, una parte importante del alumnado de origen inmigrante, el alumnado gitano, y una parte importante del alumnado con necesidades educativas especiales, que recalan, principalmente de manera abrumadora, en la Escuela Pública.
La principal causa de la segregación escolar es la segregación residencial, pero la segunda causa sería la existencia de la triple red, y en especial la enseñanza concertada-privada. Según la investigación publicada por F. Javier Murillo y Claudia Guiral (2024) ésta explica el 19,2% de la segregación escolar total para el alumnado más desfavorecido y el más favorecido (usando el índice de Hutchens y explotando los microdatos de PISA 2022). Además, a esto hay que añadirle que este proceso de exclusión del alumnado antes mencionado por los centros concertados-privados se produce en contra de la ley y cobrando cuotas ilegales, que se usan precisamente para evitar que el alumnado considerado indeseable llegue a matricularse en el centro. Por lo que podemos afirmar que se está segregando con fondos públicos.
Según los últimos datos disponibles, referidos a 2022, y para estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria, la segregación escolar promedio para el conjunto del Estado español es de 0,36, algo inferior para los estudiantes socioeconómicamente desfavorecidos (0,35) que para los más favorecidos (0,38).
Estas cifras ocultan una gran variabilidad en los datos de las diferentes comunidades y ciudades autónomas. Así, para el alumnado socioeconómicamente desfavorecido (el 25% del alumnado con familias de menos recursos), la Comunidad de Madrid, con un índice de 0,42 es, con gran diferencia, la región con una mayor segregación de España.
Para el alumnado más favorecido (el 25% con familias de mayor nivel socioeconómico), la situación de la segregación escolar es análoga, pero con algunos matices. Así, en casi todas las comunidades y ciudades autónomas esta segregación es mayor que para el alumnado desfavorecido. Las únicas excepciones son Aragón, el País Vasco y Navarra, donde la segregación para el alumnado desfavorecido es superior. En cifras, la región más segregada sigue siendo la Comunidad de Madrid.
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El caso de Madrid es sangrante, ya que si fuese un país de la UE sería el 9º país más segregado por clase social. Detrás de esto están las prácticas de concertación indiscriminadas, fomentar todo tipo de medidas para favorecer a la Escuela concertada y privada pura, y la asignación de plazas por el sistema de distrito único, que toda la evidencia científica demuestra que es un gran factor de segregación escolar.
En el caso andaluz ésta está descendiendo lentamente, vinculada a la baja natalidad y a la cantidad importante de núcleos urbanos que no tienen ningún centro concertado ni privado puro. Sin embargo, el gobierno del PP fomenta el negocio privado en la Educación, desde la FP, pasando por el resto de etapas educativas, a la vez que hace recaer el peso de la bajada de natalidad en la Enseñanza Pública. Esto provocará un empeoramiento de la segregación escolar donde se instalen o existan centros concertados y privados, y está reduciendo la calidad de la Educación Pública en dichas localidades al masificar las aulas, sostener centros gueto, e infradotar a muchos centros educativos de los recursos necesarios para su buen desempeño.
Lo que defendemos en el informe (ver aquí) realizado por el Observatorio de la Segregación Escolar y la Federación de Enseñanza de CCOO, titulado “Segregación escolar, un problema de justicia social sin resolver: análisis y propuestas”, es que la segregación escolar es un problema democrático y de justicia social. Es un problema democrático porque se rompe la experiencia democrática compartida, generando burbujas sociales donde cada cual está con su clase social, y eso provoca que se reduzca la cohesión social, y el reconocimiento entre personas de diferentes clases sociales. ¿Por qué una persona de clase social alta debería de apoyar que una parte de los impuestos se destinen a combatir la pobreza si éste no conoce ni tiene relaciones con ninguna persona en esta condición? Sí las clases sociales no se mezclan mínimamente no sólo se producirá mayor insolidaridad social, estaremos generando, como pasa hoy en día, una sociedad dividida entre ganadores y perdedores, donde además la meritocracia habrá designado a los más favorecidos ganadores justos y merecedores de ello. También dicha meritocracia considerará que los perdedores lo son porque lo merecen, porque no se han “esforzado” lo suficiente.
La segregación escolar es un problema, también, de justicia social. España es un país de movilidad social reducida, en la que la Escuela no logra nivelar lo que debería las cartas que le tocan a cada uno en el nacimiento. A una escuela segregada le sigue una sociedad segregada y con menores oportunidades una parte importante de la población, mientras los más favorecidos logran reproducirse como clase dominante. Es evidente que los estudios no son suficientes para alcanzar un trabajo bien remunerado, la suerte, el capital social y cultural acumulado tanto por las familias como por los estudiantes, pesan bastante en dichos resultados. Pero los estudios son la condición de posibilidad de que un alumno o alumna de clase humilde tenga alguna oportunidad de salir de la trampa de la pobreza. Al generar sistemas segregados socialmente el alumnado locomotora, aquel que ayuda a sus compañeros y compañeras en el estudio, no abundará en según qué centros educativos, por lo que reducirá las posibilidades de que un alumno/a logre titular y continuar sus estudios más allá de la enseñanza secundaria.
En un mundo donde se están produciendo mutaciones en el mercado de trabajo, donde cada día es más necesario estar titulado en diversos estudios de formación profesional o universitarios, los procesos de exclusión y segregación escolar fomentan que una parte del alumnado más desfavorecido no logre estudiar más allá de la ESO, o directamente no logre titular, por lo que le esperará una vida de precariedad, que seguramente traslade a sus hijos e hijas. En el informe realizamos numerosas propuestas para atajar la segregación escolar y compensar las desigualdades educativas.
Una democracia plena no se puede permitir esto. Por ello debe invertir de manera importante en reducir la segregación escolar, y en reforzar la Escuela Pública como pilar democrático.
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