Vuelvo, y me ha costado lo suyo, a escribir unas líneas sobre asuntos que me ocupan y preocupan.
Vuelvo, y me ha costado lo suyo, a escribir unas líneas sobre asuntos que me ocupan y preocupan. El primero es este insufrible culebrón de egos políticos insolidarios con aquellos que les pagan y a los que sirven: nosotros. Tal como yo lo veo Rajoy declinó, se apartó y ahora juzga ácidamente a Sánchez porque se alió con Rivera, porque luego fracasaron ambos en la investidura pero aún siguen creyendo que habrá gobierno. Y eso le jode al presidente en funciones (que manda un huevo). En Podemos hay crisis, de la gorda, incrementada por los “anticapi”, Anticapitalistas como Teresa Rodríguez, la lideresa podemita andaluza. Iglesias tiene muchos problemas, pero los anticapi no son nada –quieren elecciones y nada de alianzas con el PSOE- con lo que sería un divorcio de Iglesias y Errejón. Hay muchos vientos en contra de Podemos, y lo saben perfectamente. Al tiempo.
Vientos políticos muy huracanados soplan en Arcos de la Frontera, donde un juez investiga un caso de presunto macro enchufismo que sonroja al más pintado y que es de tal complejidad que serán necesarios refuerzos judiciales para las diligencias previas 1170/2014. Un rosario de buenos abogados tienen trabajo de sobra con lo que se sabe y más aún, susurran por las calles, con lo que se sabrá.
La precariedad de algunas redacciones, algún interés viejuno y el día a día no otorgarán, presumo, grandes portadas a este caso. Pero son tiempos donde todo es posible, hasta que conozcamos mensajes reales entre “compis”.
Así es la vida, salvo que algún medio nacional aparezca y se meta en las honduras de la Peña de Arcos, con cuidado, claro. O que las agencias hagan un seguimiento puntual del procedimiento. Ya se irá viendo, paso a paso, en que desemboca el asunto. Será o serón.
Ahora todo el mundo habla de la Inversión Territorial Integrada (ITI). Recuerdo la cara de póker de algunos cuando hace un año desgranaba detalles –ahora sabemos los millones- sobre esta herramienta. Justamente hoy el vicepresidente de la Junta y consejero de la Presidencia y Administración Local, Manuel Jiménez Barrios, asiste en Madrid a la reunión de constitución de la Comisión Permanente Nacional de Coordinación y Seguimiento Técnico de la ITI de Cádiz.
La delegación de la Junta estará también integrada por el secretario general de Economía, Gaspar Llanes, y el delegado del Gobierno de la Junta en Cádiz, Fernando López Gil. El acto, que será presidido por el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, comenzará a las 12.00 en la sede del Ministerio.
Es decir, si se fijan, si esto sale adelante –que saldrá- es por la cooperación. Dice el máximo representante del Gobierno central en Andalucía que serán 310 millones de euros: 60,52 millones para políticas de empleo juvenil, 181,37 millones en políticas de empleo y formación y 67,98 millones para políticas de inclusión social y economía social. Con el máximo control y fiscalización.
Cándido Méndez se va y se cierra un capítulo de la historia de España. El 42 Congreso Federal de la UGT tiene como presidenta a la secretaria general del sindicato en Andalucía, Carmen Castilla. Pudo haber optado al cargo al que optan tres compañeros (hombres) pero no lo hizo, sigue en Andalucía peleando contra viento, marea e instrucciones judiciales.
Carmen pertenece, como Susana Díaz, la presidenta andaluza, a un nuevo tiempo político. Y sus relaciones han mejorado notablemente. Al menos eso parece. El otro día coincidieron en un acto de apoyo a unos mineros en la localidad de Monesterio.
Las relaciones entre la UGT y la Junta se deterioraron mucho a raíz de los escándalos ya conocidos, presuntas conductas que llevan a algunos periodistas madrileños a decir que UGT ha perdido más de 200.000 afiliados “por casos como el de los ERE”.
La cosa es que los ugetistas son el sindicato mayoritario en Andalucía, aunque están bajo mínimos, a dos velas. Pero la vieja guardia sigue dando la nota, disgustos a Carmen Castilla. Iremos viendo.
Una reflexión internacional. A ver. Si el Reino Unido se marcha de la Unión Europea, tras su referéndum lo más probable es que España tarde muy poquito en pedir la devolución del peñasco. Esas cosas de la soberanía. Fabián Picardo, “el alcalde de Gibraltar” –según los españolistas- sería el regidor del municipio más próspero de la provincia de Cádiz. Pero eso queda lejos.
Viene esto a cuenta, ya de paso, de los miedos al derecho a decidir que tienen en España. Joder, ¿y si los catalanes votan que no, que se quedan porque siempre han vivido muy bien gracias al excelente trato que han recibido? ¿Y si los vascos, tan tranquilos hasta que regresó Otegui, son convocados a una consulta y deciden quedarse porque casi son independientes?
Ya, pero ¿y si se van unos y otros de España? Pues no pasa nada. El derecho a decidir es la base de la democracia. Si no desean seguir, bien, ellos mismos. Pero ya puestos exijamos un modelo federal, pero de verdad, sin tomaduras de pelo, sin una reforma express de la Constitución.
Antes ajustemos cuentas, números digo, quiero saber cómo les ha ido a unos y otros en comparación con mi tierra, Andalucía. Por saberlo, de momento.
He escrito sobre algunas cuestiones, pero al final os digo que nada de todo eso me motiva y me preocupa tanto como el problema de los refugiados. Millones de personas están atrapadas por la guerra o huyen de la violencia. ¿Por qué nos cuesta tanto ponernos en su lugar? ¿Por qué no actuamos como corresponde?
Médicos Sin Fronteras (MSF) ha producido un vídeo en el que nos invitan a conocer cómo viven los refugiados y las víctimas de la guerra. Cómo es su huida, dónde se refugian, cómo se sienten. Millones de personas atrapadas o huyendo con un solo objetivo: #SeguirConVida.
“Hemos acompañado durante meses a algunas de estas personas para conocerlas y traerte su testimonio. Fuimos a las isla griega de Lesbos y las vimos llegar en barcazas destartaladas. Fuimos a Sudán del Sur y vimos las condiciones lamentables en las que viven en los campos de desplazados. Vimos y escuchamos muchas historias de miedo y supervivencia”, dicen MSF