Mediante esta misiva respondo a D. Ernesto Alba, que ha respondido en lavozdelsur.es a un artículo mío en dicho medio de comunicación titulado Xerecismo, unificación y Rencor.
Para nada tengo que responderle en cuanto a los temas históricos. D. Ernesto Alba es el gran historiador del deporte del fútbol en Jerez y su “Breve historia del fútbol en Jerez. Luces y sombras del xerecismo” es magistral y recomendable para toda persona a la que le guste la historia del fútbol en Jerez. Es aceptable la fundación del Jerez FC en 1911, aunque haya datos que sitúan el nacimiento varios años antes, como el artículo de Claridad de 1932 que sitúa su fundación en 1909. Sin duda, el Jerez FC Fue un equipo primigenio en la práctica del fútbol en España y con él se inicia el sentimiento “xerecista”. De hecho, el Xerez DFC, lleva en su escudo la fecha de 1911, algo que muchos no entienden, como homenaje a la fecha de creación del Jerez FC.
Al margen de que respeto lo que dice el Sr. Alba en su artículo, como no puede ser de otra manera, en absoluto apruebo el tono jocoso, de desprecio y de ironía hacia mi persona y hacia el aficionado del Xerez DFC en general que se observa en su escrito. Todo en la línea del odio que los seguidores del Xerez DFC llevamos percibiendo desde hace años.
La aparición del Jerez CD en 1947 y la del Xerez DFC en 2013 no tienen un origen idéntico, pero sí similar. En ambos casos se crea un nuevo club para evitar las deudas del anterior. Me reprocha D. Ernesto Alba, cantinela a la que se agarran como un dogma de fe todos los seguidores del Xerez CD, que en 1947 se crea un nuevo equipo tras desaparecer el anterior, hecho que no ocurre en 2013 con la aparición del Xerez FC, que surge sin haber desaparecido el anterior. La explicación es muy simple: en 1946 fue posible porque la directiva del momento estaba interesada en liquidar el Xerez FC y salir a competir con un nuevo equipo sin deudas; en 2013 no fue posible porque a la nueva directiva no le interesaba liquidar el Xerez CD, pues había llegado precisamente para hacer negocio con él.
El nuevo dueño, D. Ricardo García, no paga a tiempo las deudas de los jugadores y el club desciende otra vez. Al parecer, quiere vender los plasmas de los palcos para tener liquidez. Su insolvencia queda pronto demostrada. Existe la preocupación de que el nuevo dueño se quede con el dinero de los abonos, recoja lo invertido y se quite de en medio. Es más, al parecer, llega incluso a pedir 40.000 euros por liquidar el club, lo que rayaba ya en la total inmoralidad. Un engaño más a una afición que tenía toda la razón para estar indignada. Ricardo García era sólo un eslabón más en la línea de los dirigentes anteriores, que habían llevado el equipo a primera y después lo habían saqueado. De hecho, en cuanto pudo, se deshizo del equipo.
¿Había que apoyar a muerte a D. Ricardo García? ¿Había que seguir comulgando con ruedas de molinos? ¿Había que entrar en el engaño de seguir apoyando al Xerez CD para beneficio del nuevo dueño jugando con los sentimientos del xerecismo? Pues, por hartazgo y dignidad, muchos dijimos: ¡BASTA! y ¡SE ACABÓ!
Deslegitima el Sr. Alba la creación de las asambleas de socios, convocadas por las peñas, que es el germen del Xerez DFC. En las asambleas, que fueron muchas, acudieron muchos socios del Xerez CD, lógicamente muy preocupados con lo que estaba ocurriendo. Fueron las palabras de D. Sixto de la Calle (q.e.p.d.), precisamente uno de los creadores del Xerez CD en 1947, quien aporta la idea de crear un nuevo club que sea de los socios y que sea administrado por los mismos. Lo ideal era que el proyecto pasase por una refundación, como han hecho muchos clubs, pero el problema es que el club pertenecía a D. Ricardo García y no era posible.
Democráticamente se votó y se aprobó crear el Xerez DFC, reflejando el sentimiento de la mayoría de los socios que demostraban que el tema le dolía e intentaban buscar soluciones en las asambleas. Fueron miles los aficionados a los que el tema les resbalaba, y desengañados, decidieron romper definitivamente con el fútbol. Esta era la realidad de la afición xerecista en 2013. En varias asambleas se aprobó salir a competir y en asambleas posteriores continuar hasta hoy. Ya me dirá usted, Sr. Alba, qué inmoralidad o falta de ética existe en estas decisiones libres y democráticas, como dice en su artículo. No se creó el nuevo club por un capricho, sino por unas circunstancias excepcionales y vergonzantes muy concretas, algunas de ellas aquí expuestas y me he quedado muy corto.
Reitero que el xerecismo no es monopolio del Xerez CD. El xerecismo es hoy compartido, y negar la evidencia es estar ciego. Soy de los que piensan que hay que rebajar la tensión y buscar puntos de encuentros y su artículo no contribuye a ello. Quien escribe este escrito sigue defendiendo la unión de los dos Xerez por el bien de la ciudad. Está claro que con el clima de desprecio, insulto y odio no se puede avanzar en ninguna unificación, y el artículo del Sr. Alba es un ejemplo de ello. Me reafirmo que solo con el respeto y el entendimiento se llegará a una unificación, que es lo que desea la ciudad.
Agradezco a lavozdelsur.es haberme permitido expresarme libremente en su medio. Aclaro que no voy a salir a contestar más comentarios a mis escritos, en los que sólo he querido expresar libremente lo que pienso, buscar rebajar la tensión que el fútbol ha generado en la ciudad y reflexionar sobre una futura unificación, que será imposible mientras se mantenga este clima. Las cosas están suficientemente claras.
Mi escrito no ha pasado desapercibido en las redes sociales, probablemente porque el tema interesa. Muchos lo han alabado y otros muchos lo han criticado, a veces de forma irrespetuosa como suele ocurrir en las redes sociales. Es el reflejo de la división que hay en la sociedad jerezana. A los que me critican con malas formas, la única respuesta que tengo es una frase mal atribuida a Cervantes en el Quijote. Aunque la cita es falsa, vale para la situación: “Ladran Sancho, señal de que cabalgamos…”