Tasa turística, sí. ¿Por qué no?

Desde CCOO insistimos en la necesidad de hacer el turismo social, económico y medioambientalmente sostenible

Nuria López

Secretaria general de CCOO de Andalucía

CCOO apuesta por implantar la tasa turística. En la imagen, visitantes en Sevilla.
CCOO apuesta por implantar la tasa turística. En la imagen, visitantes en Sevilla. MAURI BUHIGAS

Desde que el consejero de Turismo presentara las conclusiones de la encuesta realizada sobre turismo, se han sucedido una serie de acontecimientos en los que el Gobierno andaluz ha ido improvisando, síntoma claro de la falta estrategia política en materia de turismo. 

Andalucía vuelve a batir récords en turismo, con un crecimiento que alcanzaba el 9,9% en 2023, consolidándose como una fuente económica importante para nuestra tierra, no exenta de conflictos, consecuencia de un crecimiento desaforado del sector. Hecho que está generando preocupación en la ciudadanía, como queda recogido en la encuesta realizada: “La necesidad de equilibrar las infraestructuras y los recursos de los municipios con la afluencia en determinadas épocas del año: plantillas municipales, alcantarillado, agua corriente, aparcamiento, congestión de tráfico rodado y peatonal, etc.”

El ir y venir de las declaraciones y acciones del consejero y del Ejecutivo andaluz no hacen más que dejar claro el desgobierno de Moreno Bonilla de la que es “su gallina de los huevos de oro”. Hacen una interpretación torticera de la encuesta para negar la realidad, convocan un paripé de reunión para no hacer nada y se inventan un órgano sesgado, diseñado a la medida de los empresarios, olvidando que Andalucía ya tiene el Consejo de Turismo que cuenta con la participación del conjunto de la ciudadanía y que tiene que ser el espacio donde se debe de dar el debate. Lo demás, lo reiteramos es un puro paripé.

Las ocurrencias del consejero, por llamarle de alguna forma, proponiendo recuperar el 1 % del IVA que pagamos todas y todos, son medidas que favorecen a la minoría contra la mayoría de la ciudadanía y que penaliza de nuevo a los y las trabajadoras que ya estamos afrontando la subida del IBI, de los transportes públicos, del agua, de la vivienda… Medidas que buscan cubrir, ineficazmente, la sobreexplotación que genera el turismo y que ha aumentado los beneficios de las empresas. Según los datos del Observatorio de Márgenes Empresariales, tanto el comercio como la hostelería están entre las que más han aumentado sus márgenes absolutos y relativos en 2023. Entre tanto, el mismo Gobierno andaluz que se niega a la tasa turística, impone una cuota de entrada a los museos. O sea que impone una tasa  a toda la ciudadanía andaluza y a la cultura.   

Con referencia a la encuesta, son varios los aspectos en los que han coincidido las personas encuestadas y que compartimos desde CCOO, como la preocupación por el patrimonio cultural y natural, por los salarios y los precios de la vivienda. Cuestiones que son fundamentales para poder proyectar la vida especialmente para los y las jóvenes que consideran que se genera empleo precario en un 46 % y se encarece la vivienda en un 71,2%. 

La congestión de espacios públicos, la contaminación y la subida de los precios expulsa a los residentes del centro de las ciudades, provocando el cierre del pequeño comercio tradicional.  Según los resultados de esta encuesta, no se puede seguir con una estrategia de aumento del turismo en el futuro, sin apostar por aumentar la calidad y no la cantidad y establecer una tasa turística a los visitantes. Esta puede ser una vía para afrontar los gastos que ocasionan los servicios públicos que usan los visitantes. 

No es descabellado, de hecho la tasa turística ya está funcionando en ciudades como Barcelona o Baleares, así como en otras importantes ciudades europeas, sin que ello esté suponiendo una pérdida para el sector turístico porque no suponen ningún incremento de impuesto para las empresas. Que se dejen de excusas. 

Lo que sí supone un sobrecoste para quienes viven y trabajan zonas de mayor afluencia turística son las zonas de rotación de aparcamiento que conlleva un sobrecoste a veces insostenible para trabajadoras y trabajadores de un sector con bajos salarios. No podemos admitir que se siga perjudicando a quienes van a ganarse la vida. Por eso seguiremos movilizándonos en localidades como Chiclana contra el cobro de la zona naranja a las personas trabajadoras que son quienes sacan adelante el sector turístico.

Aunque puede resultar deprimente tomar conciencia de esta cruda realidad, lo cierto es que el principal motor económico es generador de empleo precario pese a que deja grandes beneficios económicos para los empresarios que no repercuten en el conjunto de la ciudadanía. Todo apunta a que ensancharemos las desigualdades sociales si no se produce un cambio radical en el empresariado de estos sectores. Esperamos que el consejero haya tomado nota de esto para proponer al Gobierno andaluz la puesta en marcha de políticas industriales y de empleo. 

Pero si hay algo que especialmente incide sobre la vida de las personas autóctonas es que el turismo encarece el precio de la vivienda en general, además de que las desplaza de los barrios cercanos al centro. Este fenómeno provoca el desarraigo de personas que nacieron y crecieron en esos entornos. Las políticas de vivienda que el Gobierno andaluz ha dejado de ejecutar son fundamentales como lo fueron en otro momento para rehabilitar espacios muy deteriorados de las ciudades, pero que ahora cayeron en la especulación y exilian a la población. Y vacían los centros de las ciudades de vida.  

Independientemente de si se tiene vinculación o no con el sector turístico, casi el 90% de las personas encuestadas considerara que esta actividad consume recursos que condicionan el uso de la población residente y que no se ponen recursos suficientes para cubrir esas necesidades. Problemas como la saturación en transportes públicos que se comparten con turistas podrían tener respuestas a través de la tasa turística como una posible vía de contribución para paliar los efectos. Los ingresos derivados de esta tasa turística tienen que estar claramente dirigidos a aumentar los servicios públicos y contribuir a ampliar las plantillas. A pesar de que el turismo consume un alto nivel de recursos (agua, energía, suelo…) no se mejoran los servicios de limpieza, conservación y seguridad en igual proporción, por lo que se empeora la calidad de vida de los y las residentes.

Porque de no intervenir con medidas adecuadas, puede empeorar la percepción positiva de las andaluzas y andaluces hacia el turismo. Pero cuidado con las medidas, porque cobrar a la población residente por acceder a museos, además de una medida de exclusión en el acceso a la cultura de las personas con menos recursos, es algo injusto cobrar para el mantenimiento de los museos a aquellos que ya contribuimos con nuestros impuestos. 

La estrategia turística tiene que concebir, por tanto, el turismo desde una perspectiva global, considerando tanto los aspectos laborales, como los sociales y ambientales, evitar la gentrificación y el rechazo que se pudiera generar. Y eso pasa, entre otras cosas, por poner medidas de distribución del turismo a lo largo del año, algo que apoyan el 91% de las personas encuestadas con vinculación al sector.  

Hay que atender de forma adecuada las necesidades que genera la mayor afluencia turística  a través de una tasa turística como contribución directa a la financiación y refuerzo de los servicios públicos, especialmente en los municipios con mayor saturación turística. 

Desde CCOO insistimos en la necesidad de transitar hacia un modelo turístico social, económica y medioambiental sostenible que sea generador de riqueza a través de mejores salarios y condiciones laborales, de mejores servicios públicos y de mejorar del patrimonio ecológico, cultural y social. Un turismo de calidad y no de cantidad que genere empleo de calidad. 

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