El tatuador Hubal Mateo.
El tatuador Hubal Mateo.

No sé si será la crisis de los cuarenta, pero he estado a punto de comprarme una moto estilo chopper, yo, que no sé ni conducir bien un vespino. Estuve mirando varias, e incluso contacté con algunos vendedores. Por suerte la cordura llegó a tiempo y deseché tan peregrina idea.

También se me ocurrió hacerme dos tatuajes, uno en cada brazo. Algunas personas me avisaron de que los tattoos son muy adictivos y puede que sea cierto en según qué casos. Yo ya tenía uno en el bajo vientre, una pequeña “triqueta celta” que me hice hace muchos años.

Pues lo que les estaba contando, que después de pensarlo mucho me decidí, pedí recomendación a mis amigos tatuados y cogí cita con Hubal Mateo, un tipo muy simpático al cual expliqué a grandes rasgos mi idea. Él realizó el diseño y en un par de semanas estaba introduciéndome tinta cual calamar. Hubal, según me contó, es ibicenco, y lleva ya muchos años en el oficio, empezó a trabajar en Madrid, aprendiendo de grandes artistas, luego marchó a Barcelona y tras 10 años allí, en 2013 se vino a Jerez, donde reside actualmente, aunque lo compagina yendo a trabajar puntualmente a países como Suiza, Alemania…, e incluso Brasil. Mientras la aguja introducía decidida la tinta en mi piel, por los altavoces iban sonando canciones de Bob Dylan, Eric Clapton, etc.

Yo, para despistar al dolor que producen los pinchacitos, pensaba en otras cosas, por ejemplo, en escribir un artículo sobre el mundo del tatuaje, porque mucha gente cree que es algo relativamente moderno, pero nada más lejos de la realidad, fíjese, en 1991 se encontró una momia neolítica dentro de un glaciar de los alpes de Ötztal, en su espalda tenía ¡57 tatuajes! A dicha momia se la bautizó como el Hombre de Hielo y se cree que tiene unos 5200 años de antigüedad. En Egipto, normalmente eran las mujeres las que se tatuaban, y lo hacían con fines protectores, mágicos y artísticos, en Grecia y Roma se utilizaron, sobre todo, para marcar y señalar a los criminales.

Al otro lado del charco también se han encontrado evidencias de estas técnicas, como las momias en Chile que conservan tatuajes datados en el año 2000 antes de nuestra Era. En Perú se encontró no hace mucho una momia de hace 1500 años a la que llamaron la Dama de Cao, en cuyos brazos y manos aún se conservan tatuajes de serpientes, arañas, cocodrilos, unicornios, mariposas, etc. Quizá la región del mundo que posee la tradición tatuadora más amplia sea la de Polinesia, donde las tribus utilizaban el tatuaje como ornamentación corporal desde una edad muy temprana, y se realizaba progresivamente hasta que no quedaba sitio en la piel para inyectar más pigmentos.

En fin, volviendo a la actualidad, Hubal me hizo dos bonitos tatuajes en unas dos horas y medias, aún estoy curándomelos, porque el tatuaje, en realidad, es una herida en la piel y como tal hay que tratarla. Para quienes deseen ver los trabajos de este tatuador, pueden buscarlo en Instagram: @hubalmateo y @blackwork_hubal.

En el próximo artículo quizá hable de política, aprovechando que ahora está de rabiosa actualidad.

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