Hace ya un año que, por motivos laborales, cambié mi residencia y me vine a Suecia. Desde entonces no he parado leer en medios digitales que la jornada de 30 horas es ya un hecho en el país. Webs y blogs, ávidos de clickbait, se hacen eco de la noticia, que a su vez es compartida de manera masiva por aquellos que apuestan por trabajar menos horas para que más gente entre en el mercado laboral. Pero, ¿qué hay de cierto en todo esto?
Es en febrero de 2015 cuando el Ayuntamiento de la ciudad de Goteborg decide poner en marcha un plan experimental para los trabajadores del centro de mayores Svartedalen. Motivados por la dificultad que suponía contratar nuevo personal, el consistorio decide reducir la hornada laboral de 8 a 6 horas sin tocar las condiciones salariales de la plantilla. La medida, impulsada por el Partido de Izquierdas, ha logrado repercusión a nivel internacional, alimentando un debate que seguramente cobrará importancia en los próximos años: ¿nos podremos permitir trabajar menos en un futuro?
El plan piloto, desarrollado durante 18 meses, arroja algunos datos de interés: si bien el gasto del Ayuntamiento en el Centro de Mayores ha aumentado (fue necesario contratar 17 nuevos trabajadores), es también un hecho que se han reducido un 10% los permisos de baja por enfermedad. Además de mejoras en las condiciones de vida de los trabajadores, se ha aumentado notablemente la actividad social con los pacientes. Si tenemos en cuenta el ahorro en prestaciones sociales, el gasto neto del programa piloto es de un 10%, sin tener en cuenta beneficios a largo plazo. ¿Compensa esta inversión? El debate está sobre la mesa.
A raíz de este experimento en Goteborg, medidas similares han empezado a surgir en el resto del país, siempre en el ámbito de lo público y a nivel local. De momento, sólo el Partido de Izquierdas se ha manifestado a favor de que la jornada de 6 horas se implante en todo el país, con la consiguiente oposición del centro-derecha sueco. Disputas ideológicas se libran, de momento, a nivel municipal. El ejemplo del hospital de Danderyd, también con falta de personal, es elocuente. Si bien las izquierdas abogan por reducir la jornada laboral para así hacer del hospital un destino más atractivo para los trabajadores, los cristianodemócratas apuestan por la privatización del servicio.
En el debate de reducción sí o reducción no, ¿cuál es el papel de los socialdemócratas, el partido que más apoyos cosecha a nivel nacional? Su postura de momento es la de estudiar caso por caso, apoyando cuando sea preciso los proyectos que el Ayuntamiento de turno proponga. “No es razonable sufragar una jornada de 6 horas en todos los servicios públicos con una subida de impuestos a nivel municipal”, comenta Tod Karlsson, funcionario socialista de la ciudad de Goteborg.
Aun es pronto para saber si lo que está pasando en Suecia puede ser el principio de algo. El tiempo nos dirá si la jornada de 6 horas es sólo un parche para Administraciones con problemas a la hora de contratar, o evoluciona en algo más y empieza a colarse en discursos y programas electorales.
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