Han pasado tres años. Qué rápido pasa el tiempo. Tres años de aquella mañana de junio, de aquel sábado más caluroso que hoy, de una plaza de San Juan de Dios abarrotada de gente, desbordada de ilusión y con hambre de cambio. Han pasado tres años. Y llegamos al aniversario con unos presupuestos recién aprobados, con una apuesta clara y decidida por las energías renovables: Cádiz por fin tiene dos plantas fotovoltaicas. Por cierto, ya es hora de revocar el impuesto al sol y facilitar así el autoconsumo de un derecho como la energía.
Y llegamos con un nuevo modelo de movilidad, con un carril bici casi finalizado tras lustros encallado por culpa del sectarismo. Y llegamos con las obras comenzadas del Centro de Baja Exigencia, para crear una ciudad más inclusiva, más de todas y todos y no sólo de unos pocos. Y llegamos con unos colegios públicos que toman aire, levantan la cabeza y le plantan cara a cualquier otro sistema menos justo y menos igualitario. Pero llegamos, sin embargo, fíjense, más inconformistas que nunca. Más curtidos en errores y más ilusionados por lo que queda por llegar.
Con un nuevo modelo de ciudad que, si bien necesita una continuidad para asentarte, se empieza a vislumbrar. Con una colaboración, cuando es necesario, con el resto de instituciones, pero también exigentes. Con el recordatorio permanente de la infrafinanciación a la que se ha condenando a los ayuntamientos, primer bastión de nuestras vecinas y vecinos, y que sólo tiene una solución: la derogación de la ley Montoro.
Pero llegamos, sin embargo, fíjense, más inconformistas que nunca. Más curtidos en errores y más ilusionados por lo que queda por llegar.
Una derogación que exigimos urgentemente, para que los consistorios recuperemos competencias y podamos ayudar con más capacidad a nuestra gente. Con el grito permanente por lo público, la Sanidad y la Escuela. La lucha contra los recortes, el derecho a la vivienda y la batalla al 135, esa que PP y PSOE aprobaron de espaldas a la ciudadanía. Las personas nunca pueden estar por debajo de los bancos o la especulación. Por eso, si algo hemos aprendido en este trienio es que os necesitamos atentas y críticos. Os necesitamos al lado, de la mano, para ese empujón rutinario cuando en los despachos la política se encalla y necesita de la movilización.
Y esta ciudad lo ha demostrado en este tiempo y se he echado a la calle por las pensiones, por el feminismo, por la Sanidad, por la Escuela… Inundando Cádiz de mareas de colores. Como alcalde soy consciente de unas necesidades imperiosas a las que no puedo llegar. Si queremos fomentar un empleo digno y de calidad debemos tumbar las dos últimas reformas laborales impuestas por un régimen alejado de la realidad. Un régimen que desconoce la estampa diaria de la gente frente a una mesa amontonada de facturas que resulta imposible afrontar con dignidad. Y esa lucha tenéis que encabezarla.
Si queremos fomentar un empleo digno y de calidad debemos tumbar las dos últimas reformas laborales impuestas por un régimen alejado de la realidad.
Tenéis que encabezarla tal y como lo habéis hecho en esa concentración rutinaria en la Plaza del Palillero: Partido Popular y José Blas Fernández firmen ya el Bono Social Gaditano, se lo piden nuestros vecinas y vecinos que han comprendido antes que ustedes que los suministros básicos son un derecho no sujeto a la beneficencia, y que debemos continuar la senda abierta por el Bono Social del Agua. Porque sólo son tres años, fíjense, y a mí el cuerpo me pide mirar al futuro sumando a colectivos y agentes comprometidos como el proceso que estamos desarrollando en nuestra tierra: Adelante Andalucía. Una forma de sumar por el cambio, de demostrar que somos millones quienes queremos otro modelo de sociedad.
Y es que aquí sabemos de sobra que aunque gobiernen las siglas del PSOE, sus políticas también dan la espalda a la mayoría. Por eso, vamos a seguir, aunque en la mochila carguemos con un protocolo antidesahucios, con las plazas llenas de vida, con el inicio de la peatonalización, con el Plan de Inclusión para las personas sin hogar, con un giro en Vivienda y una ciudad más alegre, más tolerante, más justa y más humanizada. Una ciudad en la que la Universidad sea identificada por ese cinturón frente al mar y no por los escándalos de másteres y doctorados de aquellos que parasitaron lo público para su beneficio. Tres años y es el momento de, junto a ustedes, seguir construyendo el Cádiz que las gaditanas y gaditanos llevamos en nuestros corazones.