Dicen fuentes del Gobierno andaluz de PP y Cs a Diario Sur que el nuevo escudo utilizado este domingo en el atril de Presidencia de Juanma Moreno es "el diseñado para representar al presidente de la Junta de Andalucía” y que desde hace meses “suele lucir un pin en sus chaquetas". Es la respuesta del Ejecutivo autonómico a la polémica suscitada tras la aparición de un Hércules coronado y laureado en la última comparecencia de Moreno Bonilla, de la que se hizo eco lavozdelsur.es. Sin embargo, el Escudo de Andalucía está protegido por la ley 3/1982 y por el propio Estatuto de Autonomía que aprobó en las urnas el pueblo andaluz con el 87,45% de los votos.
La estrategia de las derechas andaluzas para vulnerar, tergiversar y hacer suyos los símbolos de nuestra tierra es precisamente atribuir sus emblemas no a la institución autonómica, sino a sus consejerías, como en este caso la de Presidencia de la Junta de Andalucía. Una confusión deliberada para despistar con un argumentario debidamente preparado: el nuevo logo de la Junta es idéntico a la medalla de Andalucía, premio honorífico que la Junta otorga cada 28 de febrero a los andaluces más distinguidos que adquieren el tratamiento de "ilustrísimo señor". La finalidad no es solo estética —aunque no dudo de que le guste más el emblema tuneado con una corona real—, sino de poder simbólico. Se trata de demostrar quién manda y de hacer un punto y aparte, relacionando los símbolos que los andaluces identifican —autonómicos y preautonómicos— con el anterior Ejecutivo socialista. Un error premeditado para confundir al pueblo andaluz y ahondar en el mito de que el andalucismo era el socialismo.
El Padre de Patria Andaluza no fue del PSOE. Tampoco fue del PA —ni existía—, ni de nada que se le pareciese. El pensamiento de Blas Infante y del andalucismo histórico trasciende las líneas de lo estrictamente político. Su obra es de una dimensión social, cultural y humana ininteligible para aquellos que creen llevar a Andalucía en un pin. Es porque no lo han leído o porque si lo hubieran hecho, no lo hubieran podido comprender.
Ellos no tienen clavada en su conciencia la visión sombría del jornalero, del currelante, del precario, del parado y del emigrado. Decía Blas Infante: “Esclavos son los hombres que tienen señor”. Juanma lleva la medalla y el pin de los homenajeados por la medalla de Andalucía, “ilustrísimos señores”. Porque cree, coronando a Hércules y apropiándose del mito, como si Melkart gaditano fuera el Palacio de San Telmo, que los andaluces somos esclavos. Pero hay que volver a Don Blas para protegernos: "Tengamos cuidado, no vaya a venir el huracán y se lleve no sólo el símbolo, sino a nosotros", dijo izando la arbonaida seis días antes del golpe del 18 de julio. A él y a otros muchos andaluces se los llevó el fascismo. No podemos olvidarlo. Vamos a robarte el pin, Juanma.