No había que ser muy espabilado para escribir y cantar eso de "que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé. En el 510 y en el 2000 también", y por mucho que haya gente con ese optimismo antropológico, me malicio yo que si ha pasado −ya saben "que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafaos, contentos y amargaos, valores y doblez"− en la historia, pues seguirá pasando. Aprovechados, piratas y, como se suele decir, porculeros, que es una categoría que va muy bien con los tiempos.
Cada tiempo tiene su afán, que es más o menos lo que dijo Mateo en 6:40 −cuestión esta que nada tiene que ver con la hora en que lo dijo, ni la velocidad en que lo dijo, es simplemente el evangelio de San Mateo en el capítulo 6 versículo 40− y, para desgracia o, quién sabe, para disfrute de algunos, los aconteceres, idas, venidas, estos y los otros, pues nos vienen acompañando desde que el mundo es mundo.
Las normas y las ataduras nos hacen cambiar nuestro esquema de valores y lo que antes era “lo que se tenía que hacer” hoy es denostado y visto con malos ojos y peores sentimientos. Y es casi ley de vida.
Hace nada, más de 100 años, pero tampoco una eternidad, en Cádiz las chirigotas, coros… salían de manera espontánea a la calle, cantaban sus coplas y eran el carnaval. Gente como Cañamaque, Tio de la Tiza y otros muchos tenían la capacidad de sacar sus agrupaciones cada año para disfrute de todo un pueblo. Años después se organizó el concurso de agrupaciones, el Falla, lo que hoy es el llamado COAC y, curiosamente, a las agrupaciones, cientos, que no se presentan al concurso se les llama callejeras o con el más rudo apelativo de “ilegales”.
En estos días también me he divertido mucho el comprobar que esa posición de lo que es legal o ilegal, propio o impropio es algo que se da en cada esquina de la vida, fíjense que se ha montado todo un revuelo en la ciudad porque ayer salió una procesión pirata; sí una procesión de una virgen que se hace al margen del COAC religioso, es decir de la junta de hermandades y del obispado. La polémica ha llegado al punto de tener que salir un comunicado del Obispo pidiendo a la gente que no salga a ver esa procesión por ilegal, callejera y pirata. Un sin dios.
Y, ¿qué me dicen del revuelo montado por las declaraciones del dúo Felipe González-Alfonso Guerra metiéndose con la actual política que su partido lleva en relación a los pactos poselectorales? En este caso, siempre lo mismo, tampoco aquí pasa nada que no haya pasado antes: En el año 74 el mismo dúo le ganó el poder a los llamados históricos del PSOE con un mensaje muy clarito “están fuera de la realidad de España” “España no es como ellos la ven”.
¿Ahora? Pues pasa lo mismo, efectivamente España no es como el dúo la ve, simplemente, es una cuestión de perspectiva histórica. Ellos son personas de un gran conocimiento, de un indudable valor y de todo lo que se quiera, pero como es normal viven de sus recuerdos, de sus hazañas, de sus peleas, de sus chistes, de sus conquistas, de sus batallitas…como lo hacemos todos.
Yo, sin ir más lejos, me he comido muchas de las batallitas de cada uno, y aunque las gambas están muy buenas también se harta uno. Y si a Felipe se le consintieron −le consentimos− todas sus virguerías sin cuestionarle nada, igual sería hasta noble comerse el orgullo y apoyar incluso al mismo partido que tanto le dio, y si no quiere pues nada, yo no estaría en un sitio que me gusta tan poco. Él sabrá. Al final es lo que decía el tango que puse al principio.
No deberían preocuparse ellos dos en demasía porque dentro de equis años seguramente Sánchez y su partido será de otra manera, verán las cosas distintas y será legítimo el cabreo producto del ego de Sánchez en su momento. Lo que antes era el COAC socialista, ahora es callejero y trapero, normal... como las puñaladas.