Siempre me ha llamado la atención Argentina. No creo que exista en el mundo, por lo menos en el mundo que llamamos latino o hispano, un pueblo tan dotado para convertir en un orden espectacular cualquier cosa. Dele a un Argentino una comedia para que la convierta en drama. Dele a un argentino un drama para que lo convierta en comedia. Dele a un argentino lo que sea que posiblemente conseguirá construir un relato donde la escenografía, el guión, el nudo, el desenlace y, por supuesto, la justificación o explicación de cada paso será una oda a la exageración, a lo nunca visto; podrán conseguir que lo que para usted o para mí es algo anecdótico, simple o sencillo, darle el suficiente contenido para que parezca o nos parezca lo más en cuanto a pasión, desarrollo y visión de la vida, como si fuera una película en la que −¡cómo no−, para despistar, nos pongan de protagonista a Darín.
Los argentinos fueron capaces de nacer, vivir, morir y renacer dentro de un relato que, por más que nos lo expliquen, difícilmente podremos entender si no somos capaces de aceptar que allí el fútbol es una religión, aunque deberíamos decir que son tantas religiones como fanáticos tengan cada equipo; donde el amor y el odio se construye entre menotistas y bilardistas. Si no somos capaces de aceptar y alabar que fue uno de los pocos países latinos −en España ya sabemos que no− que fueron capaces de quitarse de encima una feroz dictadura e inmediatamente juzgar y condenar a sus principales hacedores −se puede ver en una plataforma de cine el documental que recoge directamente las imágenes de “El juicio”, así se llama, en el que juzgaron a Videla, Masera y compañía. También está la película que recrea ese juicio llamada “Argentina, 1985” en la que el Chino Darín interpreta al fiscal Julio Strasser−, no sabremos nada. Si no entendemos porqué en Argentina sigue siendo el país del mundo donde hay más psicoanalistas del mundo, con diván y todo, no entenderemos. Tendríamos que entender que un argentino sea capaz de decirte de memoria treinta o cuarenta grupos de rock de su país y que pueda argumentarte, con toda la razón por cierto, que es la nación latina donde esta música alcanzó su mayor rendimiento… y tienes que saber que tienen un Papa, Bergoglio, que es odiado por la derecha mundial de manera desaforada. Que Perón… uf, entramos en política y eso merece un punto y aparte.
Tengo un amigo que lleva años afanándose en explicarme la política argentina. Me explica el peronismo, sus corrientes. Me habla de Perón, de evita, de la triple A, del espiritista y extremista López Rega, de Isabelita, de los Montoneros que era un grupo terrorista de apoyo a Perón. Me habla del Kirchnerismo, de Alfonsín… Este amigo, argentino por demás, Trotskista y por tanto descreído, barroco, poco práctico y paradójico me lo explica, yo leo libros sobre su tierra, pero realmente, al final, uno no deja de sorprenderse de ver como funcionan los resortes colectivos en ese inmenso país al cual no puedes comparar con ningún otro. Fascinante y totalmente disparatado para mi mentalidad europea y lineal.
Este domingo tienen elecciones para elegir a su próximo Presidente. En la primera vuelta se juegan dos puestos para la gran final −allí todo tiene su correspondencia con el fútbol− y tenemos a Masa, peronista, actual ministro de economía, que ha conseguido que la inflación en su país sea la más importante de todo el continente. Está Patricia Bullrich, antigua montonera, experonista y ahora representante de la derecha conservadora de Argentina −de todas formas el peronismo tiene, según me dicen, unas doce corrientes que van desde la extrema derecha hasta la extrema izquierda, pasando por todo el espacio posible y que podamos mencionar−. En tercer lugar esta Milei, el amigote de Abascal. De este no digo nada, simplemente que es el único de los tres que podría acabar la faena que llevan cerca de un siglo sin culminar ni Perón, ni Macri, ni Videla…: acabar con Argentina, directamente convertirla en un estado fallido, conseguir unir en un mismo personaje el drama, la comedia, el terror…todo.
Si yo fuera argentino tendría hoy un grave dilema ¿a quién votar? Elegir entre susto o muerte. Desde luego por descarte nada del loco de Milei. De los otros nada se puede esperar, y quizás por eso las encuestas dar por ganador a la extrema derecha radical. Los argentinos, con toda su retórica, con toda su retranca, su quilombo y su verborrea están cansados de tanto desastre y ya votarían a una escoba que se presentase… y es lo que parece que pueden hacer, votar a una escoba que ha prometido que barrerá todo y a todos, incluidos a los que le van a votar.
Espero no tener que llorar por ti, Argentina.