Las viñas de Jerez y los montes de 'As Bestas'

El Gobierno de coalición no puede amparar bajo ningún concepto que los grandes proyectos energéticos renovables no necesiten las evaluaciones y garantías que hasta ahora ofrecían los procedimientos de evaluación ambiental

Energía fotovoltaica en una imagen de archivo.
Energía fotovoltaica en una imagen de archivo. MANU GARCÍA

En fiera y desigual batalla. Así dijo don Quijote que iba a combatir a los gigantes de La Mancha. A su fiel compañero Sancho le reprochó miedo y le recomendó ponerse en oración. A nosotras no nos hace falta. No tenemos miedo. 

El pasado sábado 11 de febrero, el director Rodrigo Sorogoyen recogió el Goya a la Mejor Película española poniendo en el centro la problemática de los molinos de viento en espacios naturales con una afirmación que no puede ser más acertada: “Energía eólica sí, pero no así”. En los montes gallegos de Sabucedo, que aparecen en la primera escena de su fantástica y galardonada película As Bestas, los gigantes amenazan con destruir un paraje donde centenares de caballos salvajes cabalgan en libertad. Mil kilómetros hacia el sur de Pontevedra, en la provincia de Cádiz, otros enormes monstruos amenazan con destruir el patrimonio ambiental y paisajístico del Marco, que incluye a Jerez, pero también a El Puerto, Sanlúcar, Chipiona, Trebujena, Rota, Puerto Real y Chiclana. 

La historia se repite, y la sensación es que nos la han vuelto a colar. No todo vale. En la milenaria tierra del Jerez-Xérès-Sherry, la denominación de origen vitivinícola más antigua de España, unos gigantes han venido para quedarse, romper el entorno y decirnos que es por el bien de todas y de todos. No es así. 

Los dos grandes partidos políticos del bipartidismo estatal van de la mano en esta nueva forma de capitalismo verde, que tiene poco de verde y mucho de capitalismo. Los proyectos que están tramitándose en nuestro entorno para su autorización no van sino en aumento. La Junta de Andalucía, gobernada por el PP de Juan Manuel Moreno Bonilla está analizando nueve proyectos que se sumarían a los 17 ya autorizados en los últimos tres años. A esta cifra hay que sumarle otros ocho que se presentaron ante el Ministerio para la Transición Ecológica el pasado año. ¿Cómo vamos a defender cumplir con el compromiso de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas con semejante despropósito?

El Gobierno de coalición no puede amparar bajo ningún concepto que los grandes proyectos energéticos renovables no necesiten las evaluaciones y garantías que hasta ahora ofrecían los procedimientos de evaluación ambiental. Sin embargo, lo ha hecho. Las grandes corporaciones no tienen por qué cumplir con los mínimos estándares ambientales exigidos, impidiendo que asociaciones y colectivos puedan presentar alegaciones a estos proyectos y negando que las zonas afectadas y sus ciudadanas y ciudadanos puedan tener herramientas para proteger sus entornos y modelos de vida.

En Andalucía, la derecha rechazó la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para la planificación, ordenación y participación ciudadana sobre la instalación de macroproyectos industriales eólicos y fotovoltaicos en suelo andaluz. Mientras tanto, en Madrid, vemos la complicidad de mirar hacia otro lado, en aras de una falsa sostenibilidad ambiental. El desarrollo de las energías renovables es un pilar imprescindible para la transición ecosocial, pero ese modelo no puede estar descontrolado y desregularizado por parte de unas multinacionales que lo único que buscan es un nuevo nicho de mercado.

Los datos hablan por sí solos. En Jerez, vamos a superar los 1.000 megavatios, cuando el objetivo del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC, 2021-2030) para toda España es que se instalen 22.000. De ellos, 14.000 deberían ser de autoconsumo. No es admisible que solo en la campiña jerezana se instale el 12% del objetivo de todo el Estado español. Tampoco lo es que en Andalucía y Extremadura tengamos casi la mitad, el 48%, de todas las instalaciones fotovoltaicas. No somos, como ha dicho el diputado del BNG en el Congreso, Néstor Rego en referencia a Galicia, y a las nacionalidades históricas que pagamos el pato que se comen en Madrid, una colonia. Si quieren molinos, como dice Rego, que se los pongan en el Paseo de la Castellana, desde donde hacen dumping fiscal perjudicando a nuestros pueblos. 

El modelo no puede ser otro que el de gestión pública y descentralizada. Póngase a trabajar en ello, regulen y gestionen. Si no lo hacen, no tengan duda de que haremos de David. En Adelante Andalucía lo tenemos muy claro. Lucharemos, de la mano de ecologistas, viticultores, trabajadores y sectores del Marco de Jerez, hasta donde se pueda. Que no nos quiten la gloria de vencer a vuestros gigantes. Goliat y sus secuaces no podrán con nosotras.

Carlos Fernández es candidato a la Alcaldía de Jerez de la Frontera por Adelante Andalucía.

Archivado en:

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído