Echaremos de menos, sobre todo y por encima de sus derivas más discutibles, la pasión por hacer de la comunicación un arte con el que acercarse siquiera un poco a la belleza
La legitimación que suponen los apabullantes dos tercios de votos a favor de la lista negociada entre partidos no puede ser cuestionada, pero tampoco debe utilizarse como una gruesa capa de pintura que cubra las taras de un no-concurso presentado como prodigio democrático