El pasado jueves 15 de marzo tuvo lugar en la librería café La Clandestina la presentación del libro Cuaderno de trucos, de Raquel Lucas Espinosa. El evento contó con la presencia de Clara Gámez Rovira, ilustradora de la obra, y fue presentado por la periodista Ana G. Barea. Justo una semana después del Día de la Mujer, el feminismo estuvo durante todo el acto encima de la mesa.
Lucas Espinosa, licenciada en Sociología, experta en Malos Tratos y Violencia de Género y presidenta de la Asociación de Estudios de Género para la Igualdad (AEGI), aseguró que después de tras tan señalada fecha es necesario «seguir trabajando porque ahora mismo se ha amplificado el fenómeno pero es necesario que lo creamos». Con ella coincidió Gámez Rovira, que recalcó que «las oleadas temporales también traen avances». Barea, por su parte, incidió en la necesidad de «aprovechar y gestionar» este nuevo escenario que se nos presenta.
En cuanto a Cuaderno de trucos, Raquel Lucas ha asegurado que es fruto de la creatividad. Que las 70 y tantas páginas que lo componen se centran, principalmente, en género y activismo. Con él ganó el primer premio del certamen de cuentos De igual a igual y ya va por se segunda edición. Ambas ilustradas por Clara Gámez que, siguiendo las indicaciones de Raquel, creó personajes basados en el universo de Tim Burton, con el morado como telón de fondo. Decidió no hacerlo tan tétrico como lo haría el director estadounidense y se enfrentó a un dilema: la autora no quería que su protagonista tuviera género.
Lucas Espinosa manifestó que Andrea no es ni chico ni chica. Desde su punto de vista el personaje está en medio, puesto que no necesita decantarse por una cosa u otra. Sobre Andrea (que acudió al evento en forma de pequeña muñeca que llegó de las manos de Barea) ha asegurado que la ha ayudado a reflexionar sobre su vida. Y no solo ella, la tía Paca también es un personaje muy interesante que «se considera feminista pero tiene la triple jornada. Aún le queda camino pero no es culpa suya». La madre de Andrea, por su parte representa el tan comentado tema de los «cuidados», sobre el que tanto queda aún por hacer.
Para Ana G. Barea, cosa que compartieron los asistentes al encuentro, todo radica en la educación, en desaprender y volver a aprender. La ilustradora de Trucos de magia coincidió con ella y pidió cierto humor y menos riñas. Algunas artistas se han tomado sus propias licencias y han empezado a dejar de idealizar a la mujer y a pintar situaciones reales. Lucas Espinosa recalcó que este es un problema que afecta por igual a hombres y mujeres.
«Me da miedo quien me dice que su pareja no es machista. Porque todos somos machistas» concretó y agregó que el libro es una buena manera de iniciarse en el feminismo porque nos traslada a nuestra vida o, como bien señaló Barea, a nuestras casas. Para Gámez fue una manera de iniciarse en el feminismo y en los distintos roles.
Al ser preguntada por los cambios que han podido darse en la segunda edición de Cuaderno de trucos, la autora ha asegurado que ha cambiado un poco el texto, el discurso, pero que lo fundamental se ha quedado. Sigue teniendo las partes centradas en la madre de Andrea, en la que se trata la responsabilidad, la tía Paca y la triple jornada y la hermana de nuestro protagonista, donde se habla de la igualdad y la socialización en género.
Después de tan estimulante charla fue posible conseguir un ejemplar de la obra y charlar de manera distendida con la autora que cerró el encuentro recordando que no es lo mismo el feminismo para mujeres árabes, gitanas o blancas.
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