Bailar reguetón, menear las caderas al ritmo del trap o perrear en grupo es una máxima a la hora de salir de fiesta y desconectar. Numerosos locales de ocio norcturno apuestan por una oferta comercial que atrae a miles de jóvenes y mayores que buscan pasar un buen rato. Pero hay otras alternativas más allá de Daddy Yankee o la famosa Tusa de Karol G y Nicky Minaj.
En la provincia gaditana hay un puñado de bares que se alejan de la música latina, comercial o electrónica en los que suenan riffs de guitarras, alguna que otra batería, el saxo o incluso el contrabajo. El jazz, el rock, el metal y otros géneros musicales tienen su hueco en varios establecimientos que decidieron romper con la dinámica y ampliar la oferta cultural de la zona. Aunque hay más de los que uno puede esperar, escondidos entre las masas, se distingue esta selección de pubs que se salen del tiesto y escapan de lo convencional. Aunque hay muchísimos más como la mítica Guarida del Ángel de Jerez o el Woodstock de Cádiz.
Sala Milwaukee (El Puerto)
El mítico establecimiento que simula una fábrica de motos cumple más de dos décadas con Carlos Anelo al frente. 23 años de culto a la música "desconocida" y las Harleys se sienten en esta sala que no sucumbe a la línea comercial y opta por una programación de conciertos en directo desde la esquina de la Bajamar. Jazz, folk, country, rock y otros estilos envuelven los oídos de los aficionados que frecuentan este lugar mítico de El Puerto donde grupos internacionales, veteranos y emergentes se funden con un mismo objetivo. Hacer vibrar al público.
Stardust (El Puerto)
Los músicos portuenses Jesús Sevillano e Idelfonso Marín crearon este verano un auténtico club de jazz en el corazón de la zona de marcha de El Puerto. Se trasladaron de Le Petit a este edificio del siglo XVII y entre pianos, contrabajos, libros y un tablero de ajedrez luchan por que la cultura tenga su hueco. En este local histórico de la plaza de las Galeras suenan melodías alejadas de las que vibran a su alrededor. 'Jam sessions', exposiciones, presentaciones de libros o conciertos componen la programación de este lugar con nombre de balada de los años 50.
Rollinrockpub (Cádiz)
Un rock bar en la calle Rafael de la Viesca se ha ganado un hueco en la oferta de ocio alternativo de Cádiz. Con una decoración de lo más original, a base de guitarras, sillones y luces, este establecimiento pone en su reproductor clásicos rockeros de todos los tiempos. Con cervezas especiales y un toque americano el 'Rollin' se adapta a los tiempos, coloca mamparas y cumple con las medidas para seguir dando larga vida al rock.
La Librería (Jerez)
El bar de copas, que se reconoce como espacio libre de violencias machistas y sus baños no tienen género, es un referente entre los jóvenes alternativos de Jerez. Un antro con personalidad que nació en la calle Zaragoza y que se mudó hace dos años a la calle Francos, donde continúa con el mismo estilo. Graffitis, banderas y carteles de conciertos y festivales de todas las épocas adornan este local mítico donde los grupos emergentes se dan a conocer y Néstor, el propietario, hace malabares para aportar otro tipo de oferta en la ciudad.
El Rincón de la Luna (El Puerto)
Este espacio casi subterráneo, al que se accede por una pequeña puerta seguida de unas escaleras, irrumpe como alternativa de ocio desde el casco histórico. Con una atmósfera singular, el local más antiguo de El Puerto, con más de 50 años, por el que han pasado peñas rocieras y ambiente gay, ahora alberga un escondite para los amantes de la música. Cantautores que están empezando se cuelan en este bar musical para demostrar sus dotes. Los momentos improvisados y una barra donde se degusta el ron 'Verita' dictan las noches en este otro raro entre convencionales. La estrella del lugar es el karaoke, donde se cantan a pleno pulmón canciones de todo tipo.