Si en Castilleja de la Cuesta, a escasos kilómetros de Sevilla, la multinacional sueca no podrá abrir en festivos, la cosa cambia con un simple salto al sur en dirección Jerez. La tienda que el gigante del mueble y la decoración tiene en el complejo comercial Luz Shopping volverá a tener horario "excepcion" y aperturas en festivos en la próxima Semana Santa.
Desde el pasado año, Jerez tiene libertad horaria comercial en determinados momentos del año, al amparo de la ampliación de aperturas en festivos en el municipio por la Zona de Gran Afluencia Turística (ZAG). Los comercios de más de 300 metros tienen libertad horaria en Jerez para abrir sus puertas en abril (Semana Santa), mayo (Gran Premio de Motociclismo) y de julio a octubre a partir de este año, por lo que las grandes superficies volverán a competir con las procesiones, aunque según anuncia Ikea en menor medida que el pasado año, cuando decidió abrir de Domingo de Ramos a Domingo de Resurrección, ambos inclusive.
En medio de una fuerte polémica por la implantación, el Ayuntamiento anunció que llevaría a la Junta a los tribunales por esta decisión —algo de lo que nada más se supo—, pero la Junta aseguró que actuó en 2022 de oficio para evitar que, ante el silencio administrativo municipal —como también ocurrió en Cádiz capital– se aplicara la liberalización de horarios durante todo el año y no con las restricciones que aún pesan.
El caso es que multinacionales como Ikea anuncian que en la próxima Semana Santa abrirán en horario de 10 a 22 horas y cerrarán el Domingo de Ramos y el de Resurrección, si bien sí han fijado las aperturas en horario "excepcional" para el Jueves Santo y el Viernes Santo, 28 y 29 de marzo, respectivamente.
Ambos días, festivos sagrados en la tradición católica, se han topado con la liberalización comercial, que ha provocado que grandes superficies puedan abrir con total tranquilidad y, en paralelo, que muchos ciudadanos a los que no les gustan las procesiones tengan esos días para hacer sus compras o darse una vuelta por los centros comerciales. La religión del consumo logra así aumentar las posibilidades de ganar adeptos en nuevas ventanas horarias antes reservadas exclusivamente al descanso.