A este paso, el aceite de girasol se va a convertir en un auténtico artículo de lujo. Su precio se ha puesto por las nubes, se ha limitado su venta y está empezando a escasear.
Ya hay incluso establecimientos que piensan que es un producto que puede estar entre los que interesen a los amigos de lo ajeno.
De otra forma no se explica que se haya visto en una gasolinera unas botellas de aceite con la alarma antirrobo.
Por el miedo al desabastecimiento, la demanda de aceite de girasol ha crecido enormemente y el precio del litro supera ya los tres euros.