Los pollos se suman al corral de la crisis que está sacudiendo a los ciudadanos en los últimos meses. Productos que triplican sus precios, gasoil a precio de oro y facturas de luz terroríficas. El sector avícola está sufriendo las consecuencias de todo esto y reconoce que se encuentra en una situación límite. Muchas granjas de pollos incluso han quebrado ya debido a la subida de costes.
Otras, se están pensando seguir, ya que en estas condiciones no es rentable. La situación es crítica y para principios de agosto se calcula que puede haber un desabastecimiento tanto de la carne de pollo como la de pavo. Los costes en las granjas se han triplicado en los últimos meses. El precio de la carne también ha subido (hasta un 35 por ciento) en los mercados, pero los granjeros siguen ingresando lo mismo por ventas. Las pérdidas, según ha confesado la Unión de Pequeños Agricultores y Ganadores (UPA) pueden ascender a los 32 millones de euros.
"Los costes superan en estos momentos lo que las integradoras pagan", señala UPA en un comunicado. Los pollos se están vendiendo desde la granja a entre 55 y 60 céntimos. En el supermercado, el kilo puede oscilar entre los seis y siete euros. Según la referida organización agraria, "los productores están perdiendo entre 0,13 y 0,15 euros por pollo".
UPA insiste en que "la rentabilidad se ha desplomado, haciendo inviable la supervivencia de las granjas".
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