Los vehículos (turismos y furgonetas) de gasolina y diésel tienen fecha de caducidad tras aprobar el pleno del Parlamento Europeo el fin de la comercialización de los autos de combustión.
A partir de 2035 no se venderá ningún coche diésel, gasolina o híbrido. A partir de entonces, el mercado solo ofrecerá coches eléctricos con el objetivo de reducir las emisiones contaminantes.
Para controlar las emisiones de los nuevos vehículos, los expertos comunitarios tienen la intención de controlar la diferencia entre los valores límites de emisiones y los de consumo real de carburante y energía. De esta forma se podrá ir ajustando el nivel de emisiones medias de CO2 de los constructores a partir de 2030, año para el que muchos fabricantes han anunciado –adelantándose a la fecha puesta por el Parlamento Europeo– el fin de la fabricación de coches de combustión.
En 2034 será el último año para la comercialización de coches con la propulsión tradicional. No obstante, quienes tengan para entonces todavía un vehículo diésel, híbrido o de gasolina, podrán usarlo durante –si aguantan el tipo– hasta el año 2050, fecha establecida en los planes del fin en las carreteras de cualquier vehículo que necesite combustión para circular.