Al entrar la primavera te encuentras algo raro tu estado de ánimo. No, la primavera no altera la sangre, pero sí la forma en la que nos encontramos anímicamente. Los científicos en psiquiatría han bautizado esto como astenia primaveral.
Según explica el jefe de psiquiatría del Hospital San Pedro, Miguel Ángel Ortega, la astenia primaveral “no tiene entidad clínica” y por ello no se encuentra en las clasificaciones internacionales de trastornos mentales. “Lo consideramos más bien una sensación subjetiva causada por los cambios rítmicos característicos de esta época del año”, detalla al Servicio Riojano de Salud.
Estas son algunas de las sensaciones que tienen aquellos que lo padecen:
- Cansancio y somnolencia durante el día.
- Falta de energía.
- Alteraciones del sueño, especialmente dificultad para conciliarlo.
- Irritabilidad.
- Ansiedad.
- Pérdida del apetito.
- Cefaleas.
- Disminución de la libido.
- Problemas de concentración.
- Falta de motivación.
La astenia primaveral se debe fundamentalmente a la coincidencia de una serie de factores ambientales: el cambio de tiempo, subida de las temperaturas y de la presión atmosférica, aumento de las horas de luz diurna, cambio horario (adelantar los relojes una hora), la modificación de la rutina diaria (horarios de sueño y de comidas, aumento del tiempo de ocio, etc.) como consecuencia de las anteriores.
Tal y como indican desde el blog de Sanitas, todas estas circunstancias inducen en el organismo humano una serie de mecanismos que alteran la regulación de los ritmos circadianos mediante un cambio en la secreción de determinadas hormonas: endorfinas, cortisol, melatonina, etc.
No obstante, no hay que preocuparse mucho por ello: la astenia primaveral desaparece por sí sola en una o dos semanas, dependiendo de cada persona, pues hay patologías que, como los alérgicos al polen, pueden exacerbar los síntomas de este trastorno de adaptación a las nuevas condiciones ambientales.
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