Hay negocios que aprovechan el verano para hacer su agosto y suben sus precios de manera desorbitada. Esto es lo que ha ocurrido en una peluquería de Ibiza, donde dos clientas salieron despavoridas tras ver lo que les costó las extensiones que se habían puesto.
A más de seis mil euros ascendieron las facturas, compartidas por el Periódico de Ibiza y Formentera, de las dos clientas. Una de ellas pagó 3.680 euros, mientras que la otra 2.341 euros.
Aunque los tratamientos que se hicieron fueron prácticamente los mismos, el precio varió sin conocerse el criterio. El lavado y secado (75 euros) es lo único que se mantuvo invariable junto a la mascarilla de las extensiones (17 euros).
El sablazo fue de los grandes, como reflejan los 2.822 euros que tuvo que abonar una de las dos clientas por unas extensiones adhesivas de 68 centímetros y 300 gramos. Las de 200 gramos y 56 centímetros estaban valoradas en 1.413 euros.
La retirada de las extensiones anteriores les costó a las clientas entre 250 y 375 euros. Unos precios nada habituales que escandalizaron a estas dos amigas que se pensarán mucho volver a la peluquería.