La conservacionista británica Wendy Clements murió en diciembre de 2017 sin que su pareja, suboficial del Ejército de Tierra, pudiera hacer nada. El brigada del Batallón de Helicópteros de Maniobra (Bhelma IV) en la base sevillana de El Copero fue ogligado a suspender sus vacaciones reglamentarias para asistir a una reunión del Ejército de Tierra en la que tuvo que dejar su teléfono móvil en un cajetín.
En ese momento, la ecologista se cayó en su domicilio y falleció de una embolia al encontrarse sola. Pese a las múltiples llamadas que realizó a su pareja, esta no pudo descolgar el teléfono porque no lo llevaba encima. La activista defensora de Doñana que promovió la recuperación del burro y su utilización para desbrozar el entorno del parque nacional, perdió la vida. Cuando el teniente regresó de la reunión para preparar la participación del Ejército en la campaña navideña de Expo Joven en Sevilla, la encontró muerta. No había podido coger sus llamadas de auxilio.
La investigación se abrió para esclarecer los hechos. El juzgado togado militar de Sevilla se inhibió a favor del juzgado central de Madrid, dada la graduación del teniente coronel investigado. Así, el teniente coronel, pidió los documentos oficiales por los que le convocaron a la reunión. Pero, para su sorpresa, el Cuartel no disponía de esta información. Le dijeron que el hecho de acudir a esa reunión fue "por voluntad propia". Tras esta petición la pareja de Wendy se percató de un “cambio radical de actitud” por parte de algunos mandos e incluso conductas de persecución y acoso.
El teniente investigado sufrió "situaciones ingratas" como la ausencia de complementos económicos o que no le concedieran ninguna documentación médica. Los juzgados militares siguen investigando tras haber observado “indicios racionales de criminalidad” contra el responsable de estos actos. El caso terminó con la imputación por presuntos delitos de abuso de autoridad del teniente coronel, según Huelva Información.
Sin embargo, el juez ha archivado la causa porque no aprecia abuso de autoridad ni "ninguna responsabilidad" en la muerte de la ecologista. El juez militar central número 1, en un auto consultado por Diario de Sevilla, dice que la denuncia presentada por el brigada gira en torno al “luctuoso y triste suceso del fallecimiento de su compañera”, que “por muy doloroso que le resulte, no es objeto de investigación en este procedimiento”. Para él, la prueba practicada no se deriva ninguna relación entre la asistencia aquella reunión y el fallecimiento de su pareja.
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