"Antes de Manuel Estévez, el gallego, había en este mismo lugar otro bar, La Piña", comenta a lavozdelsur.es Emilio García, que regenta en la actualidad el negocio junto a su mujer Chelo y que no duda en hacer gala de sus clientes, que conocen más el bar que él mismo, según dice. "Pregúntales a ellos, pregúntales, ellos sí que te podrán decir", dice mientras va de un lado hacia otro de la barra. Emilio no para, y la clientela habitual de este céntrico bar lo sabe. "Está en todos sitios, mira, ahora para la cocina, y ahora a servir una copa de fino porque ha venido un cliente, que sin pedir nada ya tiene su copa ahí", comenta uno de ellos, que bebe una cerveza en la barra.
"Yo vengo aquí desde que tengo uso de razón", apostilla Manuel Caballero Oca, mientras eleva su vaso de cerveza. "Sí, Oca, y tiro porque me toca... si no comes, bebes, y si no bebes ni comes, picas", ríe. Sobre la fama de Los Tres Reyes este habitual lo tiene claro: "Es un bar muy sencillo, los guisos, las tapitas que te ponen...", hace una pausa y observa la grabadora. "Ya sé de qué vas tú, pues que sepas que esto es un sitio de caramelo", añade al tiempo que se gira y brinda por el establecimiento. En la mesa, un plato de fideos con gambas posa vacío y recién rebañado. "Yo no sé ni lo que es pero que está bueno sí, cantidad", dice a carcajadas.
En la mesa de al lado cuatro jubilados le reprochan a uno de ellos que es el dueño de los Tres Reyes. "¿Qué no eres el dueño? ¡Pero si estás todo el día aquí", le dice uno. "¡Qué dueño, ni dueño! Llevo 20 años jubilado y sólo dos aquí", responde con sarcasmo. "Lo que nos gusta es que ponen un buen Tío Pepe y una buena una cervecita fresquita, son agradables y muy buena gente", explica otro. Manuel, que vuelve a hacer acto de presencia pone los puntos sobre las íes sobre Emilio y Chelo. "No es propiedad de ellos, estuvieron de camareros hasta hoy y han sabido hacer todo esto con los años porque son buena gente, y aquí viene gente del pueblo, gente de toda la vida".
Una puerta por Corredera y otra que sale a la Travesía San Francisco de Asís. "Aquí entra y sale por cada el lado el que quiere", comenta un cliente. Chelo sirve una caña de barril y acto inmediato saca un plato de pescaíto frito. A sus espaldas, en una de las paredes del establecimiento hace acto de presencia un cuadro con los rostros de sus Tres Reyes: el Rey de España, Juan Carlos I, el rey del Cante, Camarón de la Isla, y el rey de San Telmo, el Cristo de la Expiración. En la otra pared, un cartel de "Se busca" retrata a Emilio y al rey emérito. "Estas cosas se le ocurren a los clientes, es cosa de todo el mundo", comenta Chelo, entre broma y broma.
Chiqui, otro cliente habitual, le saca los colores. "Hay gente que viene al centro, se da una vueltecita, va a la Plaza y luego dónde van, pues aquí, a ver a la Chelo y al Emilio, los mejores de España", explica. Diego le replica a Chiqui: "Yo llevo viniendo aquí desde que era chico", y hace memoria. "Unos 60 años", y vuelve a pensar. "¿Qué cuántos años tengo? Ahí, ahí te quiero ver. ¡72!", responde orgulloso. "Chelo, dales a esta gente dos kilos de filete de pollos empanaos y verás tú cómo hablan de los Tres Reyes", comenta con desparpajo.
"Somos como de la familia, aquí todo el mundo se conoce, hablas con la gente, te tomas una cervecita y pareces que estás en el salón de tu casa", explica Chiqui, que cree que ese es el secreto de los Tres Reyes, sumado a sus platos y su atención al público. A su lado, Manolo Romero, le da la razón. "La mejor tortilla, el mejor arroz y el mejor pescado de España, fresco, fresco, de la plaza de Jerez", comenta. "Es que tienen una gastronomía espectacular".