La quinta generación de la familia heladera al frente de Helados Toni, mítico establecimiento en Sanlúcar, se ha incorporado a la plantilla aportando nuevos aires a la oferta. La maestra, Lorena Jorda, ha apostado por sabores gourmet seleccionados que revolucionan la carta de esta heladería fundada en 1896 y promotora de la firma Carlos Bornay Verdú, que había aprendido a hacer helados en Italia.
Uno de los negocios más antiguos sanluqueños trae novedades como tarrinas de vainilla con tocino; quedo de cabra con gelatina de Pedro Ximénez y nueces; chocolate con manzanilla; o limón, lima y hierbabuena, según explica a la revista Cosas de Comé. Sabores que se suman a la tarta de queso, turrón o el emblemático Secreto del abuelo, dedicado al patriarca, hecho con una crema de flan aderezada con piñones y caramelo.
Lorena ha aprendido de su padre, Rafael Jordá, que fue uno de los más innovadores hace años cuando elaboró helados de manzanilla de Sanlúcar o sorbete de langostinos de la tierra. La familia que regenta el negocio ubicado en la plaza del Cabildo, en un principio llamado Nevería Valenciana, arriesga con sus creaciones para captar a un público atrevido que se sale de lo tradicional.
La heladería también presenta otra novedad, tartas por encargo con formas de bombón o con la chocolatina de moda.