En la playa entra hambre entre horas de sol y paseos salteando conchas. Cuando el estómago ruge no hay más remedio que ponerse las chanclas y la ropa para salir de la arena y comprar la comida en el establecimiento más cercano. Una molestia que ya se pueden ahorrar las personas que decidan hacer los pedidos a la plataforma de reparto Piddy.
Esta empresa, que distribuye los platos de 30 establecimientos de la capital, también baja a las playas, además de su servicio a domicilio habitual. Los restaurantes Musalima, Tataki y el grupo Arsenio Manila empezaron con esta iniciativa el año pasado y pensaron una forma de facilitar a los clientes la localización de los repartidores.
Los propietarios llegaron a proponer al Ayuntamiento de Cádiz un proyecto para señalizar las bajadas y numerarlas, sin embargo, según Cosas de comé, no se ha llegado a ver la luz.
Las personas que piden la comida pueden identificar a los repartidores sin problemas ya que la mochila que llevan presenta un color rosa fucsia llamativo. Pizza, tacos, comida asiática, empanadas o nachos están a disposición de los veraneantes sin salir de la arena.