La edición de 2024 de Eurovisión pasará a la historia por la polémica, especialmente por lo que hubo poco antes de la gala, que el evento en sí. Desde Suiza, Nemo Mettler se ha convertido en la primera persona de género no binario en triunfar en la noche de la música europea. Lo ha hecho con The Code, una canción que funcionó primero entre el jurado y luego entre el voto ciudadano.
España ha pasado sin pena ni gloria. O más bien, con pena. Es uno de los peores resultados del país en Eurovisión, un puesto 22 que evidencia que, de no ser porque España es un país fundador del concurso, habría noches en que no pasaría ni a la final. Zorra de Nebulossa fue coreado en sus estribillos en Malmoe, pero ni por esas. San Marino fue el país más generoso, junto a Italia, que evitaron que la debacle fuera casi total.
Respecto a la polémica, algunas cosas parece que no se gestionaron bien. Y todo tuvo un tufillo raro. Los jurados de cada país apenas dieron puntos a Israel, que era una de las favoritas. ¿Por qué? Quizás, porque esos especialistas pertenecen a ese universo eurovisivo que quería directamente que Israel no participara, igual que pasó con Rusia cuando invadió Ucrania.
Pero, quizás, porque sabían que o paraban un poco el voto, o la próxima edición podría celebrarse en Tel Aviv o Jerusalén. Si llegaba a ganar Israel, celebrar allí una gala sería complejo, porque obligaría a muchos países a repensarse participar. No se sabe si la presión internacional estará donde está ahora, pero desde luego sería un interrogante. Las teles públicas, como RTVE, tendrían que posicionarse algo más. Y no hay que olvidar que detrás hay gobiernos, democracias, que si desoyen a su ciudadanía, se crean un problema interno. Mejor que mejor, que no gane Israel para no complicar aún más la situación.
En esas, en España ganó los 12 puntos Israel. La pregunta es por qué. Seguramente, porque la polémica de los últimos días ha favorecido al país. Precisamente, como una reacción ideológica. Esos 12 puntos del televoto otorgados por España enseñan que hay una parte de la población española que ha sido capaz de movilizarse ante una situación simbólica como esta.
Hay partidos en el espectro de la derecha española que defienden a Israel, y estos vienen nutridos de votantes que consideran que la reacción del país a aquel sábado sangriento es legítima. La razón por la que votaron a Israel no parece puramente musical. Porque de este Eurovisión, poco o nada ha estado ajeno a la situación internacional.