Vacaciones por Escocia o Bélgica en un barco fluvial equipado hasta con barbacoa que puede manejar cualquier persona y hacer paradas a libre elección. “Es un turismo que se sale de lo típico que ya conocemos”, comenta Rocío Mauduit Arniz, portuense de 38 años que lleva más de una década gestionando de forma online y por teléfono, desde El Puerto, rutas diferentes por todo el mundo. Desde su empresa, Danfluvial, ofrece viajes por ríos y canales, una forma de conocer nuevos destinos que está en auge en Europa y que sorprende a todas aquellas personas que lo prueban.
Tras finalizar Turismo en la Universidad de Sevilla, Rocío se movió por países como Francia, Irlanda o la comunidad de Cataluña. Trabajó como recepcionista en hoteles, de guía turística, en la oficina de turismo de Sanlúcar, en el Meliá de Sancti Petri o en parques de atracciones como Port Aventura y Eurodisney. “Toqué todos los palos”, dice la portuense, que decidió regresar a su tierra en 2010 y realizar un curso de comercio exterior internacional.
Fue allí donde se topó con su próxima aventura laboral. Conoció a Lucile y Damian, dos franceses que por entonces gestionaban la empresa que hoy regenta, que estaba dividida en Dan Sailing, de embarcaciones marítimas, y Dan Fluvial, especializada en ríos. “Necesitaban personal porque había una regata en Cádiz y empecé cubriendo esas Navidades, pero en septiembre, mi jefe decidió cerrar la empresa porque tenía otros proyectos”, comparte Rocío con lavozdelsur.es.
En ese momento, o se quedaba en el paro, o regresaba de nuevo al extranjero, u, otra opción, comprar la empresa. Finalmente, hace 13 años tomó las riendas de Danfluvial -la otra sección la dejó- y comenzó a ofrecer rutas en barcos fluviales, algo que hasta entonces no conocía en profundidad.
“Le di muchas vueltas porque en esa época las reservas online no tenían el tirón que tienen hoy en día, ya estamos acostumbrados, pero en su momento me lo pensé porque era una decisión arriesgada”, expresa.
La portuense confió en ella misma y, con valor y ganas, aprendió a sacar adelante esta empresa que gestiona periplos en embarcaciones que, casualmente, ya había visto antes, durante su Erasmus en Toulouse, Francia. “Mi residencia estaba al lado del Canal du Midi y veía a esos barcos pasar, hoy ese es un destino por excelencia, de los que más reservo”, comenta.
"La legislación no permite practicar este turismo en España"
Quién le iba a decir a Rocío que acabaría gestionando viajes en esas embarcaciones fabricadas expresamente para este tipo de turismo. Con esfuerzo, su empresa se ha convertido en una de las pocas que se dedican a ofertar esta opción vacacional desde España, país en el que no existe ningún canal para practicarlo. La mayoría de compañías se instalan en los países donde sí es posible.
“Los ríos de aquí no están preparados, desembocan en el mar, tienen corrientes y el ancho del río a veces es inadecuado. Por la legislación que hay, no se permite. El destino más cercano a Cádiz sería Portugal”, explica.
Es habitual que los viajeros elijan Francia, al ser navegable en su totalidad, sobre todo Ardenas, Bretaña, Charente o Franche Comté. “Es una experiencia diferente, vivir en tu propio barco durante un tiempo y llevarlo tú misma, puedes hacerlo todo, es como ir en una caravana sobre el agua”, expresa Rocío, que ha probado esta forma de conocer mundo.
Su primera navegación fue por Portugal y, posteriormente, se embarcó en hasta cinco cruceros y tiene otras ciudades pendientes. “Tengo dos hijas y me gustaría hacerlo con ellas, es un tipo de turismo apto para ir con niños”, añade.
"No hace falta ningún permiso para manejar los barcos"
Para manejar estos barcos, no hace falta ningún tipo de permiso, los requisitos son que vayan dos adultos a bordo y que atiendan a una clase de iniciación para aprender el sistema de funcionamiento. Después, la empresa facilita una guía fluvial que indica los puertos en los que se puede atracar y bajar a explorar. “Te organizas el tiempo como quieras, teniendo en cuenta que no se puede navegar de noche. Una de las ventajas es que puedes ir a tu aire”, dice la portuense, que también destaca que “no te mareas y no existe esa sensación de vaivén que sientes en el mar con oleaje”.
La velocidad que alcanzan los barcos, en lo que pueden alojarse de dos a 12 personas, es entre 10 y 12 kilómetros por hora. Hay más de 60 modelos con hasta cinco cabinas, unos más clásicos y otros más modernos con todo tipo de lujos. Según Rocío, la idea engancha, sobre todo, a las familias del norte de España durante los meses de primavera y verano.
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