Pintar un cuadro de Van Gogh en una tarta, hacer un pastel con forma de bolso o una botella de vino que sabe a chocolate. Todo producto de la imaginación puede convertirse en realidad gracias a las manos de una gaditana amante de los retos. No tiene varitas mágicas pero sí mucha paciencia, cariño y dedicación, los ingredientes principales para que Laura Portillo Montemuiño se encargue de endulzar cientos de eventos.
En su obrador, ubicado en El Puerto, la pastelera de 43 años elabora un bizcocho genovés. A su lado, se observa un carrito repleto de pinceles y botes de todos los colores, propios de cualquier artista que realiza cuadros. En su caso, sus lienzos son la base de cualquier tarta y no se cuelgan, se comen. Su especialidad es la repostería creativa, piezas que ya ha cautivado no solo la vista sino también el paladar de muchas personas.
Una recién casada se llevó una agradable sorpresa cuando vio la tarta de Alicia en el País de las Maravillas de Tim Burton que Laura había creado con todo lujo de detalles. “Estudié filología inglesa, pero me di cuenta de que la enseñanza no era lo mio”, cuenta mientras recuerda las tartas temáticas más originales que ha preparado.
La gaditana compaginaba sus estudios con trabajos para poder costearse la carrera universitaria. Tras haber sido camarera, animadora sociocultural o dependienta, viajó a Escocia a completar una beca Erasmus que le descubrió un nuevo mundo. “Allí me enamoré de las tartas. Al lado de la casa había una pastelería en la que me paraba todas las mañanas, me parecía fascinante”, comenta a lavozdelsur.es.
A su regreso, logró un puesto en una multinacional de móviles en la que trabajó durante muchos años. En sus ratos libres, elaboraba dulces y disfrutaba con este hobby que acabó transformando en su medio de vida tras un giro inesperado. Se casó y tuvo una hija, Daniela, que nació con una enfermedad rara.
“Necesitaba 15 días de mis vacaciones para ir a Alemania a darle su tratamiento, pero mi empresa decidió prescindir de mí”, explica Laura, que intentó alegar y luchar por su puesto de trabajo en vano. La enfermedad de su pequeña suponía un problema para la entidad, que le obligó a tener que buscar trabajo de nuevo.
La gaditana asistió a muchas entrevistas en el mismo sector, confiaba en ella y tenía un buen currículum, pero todas las puertas que abría se cerraban en sus narices. Según explica, cuando hablaba de su hija, todo se complicaba. “Hace diez años era legal pregunta a una mujer si estaba casada y si tenía hijos y cuando contaba que tenía una y que necesitaba esos días para su tratamiento, me decía, la respuesta siempre era, ya te llamaremos”, expresa.
Agobiada por la situación, esta madre luchadora decidió tomar las riendas de su vida laboral y se lanzó a la aventura del emprendimiento “en lo que todo el mundo me decía que se me daba bien”. Así, en 2013 comenzó a trabajar en un nuevo proyecto desde el Centro Andaluz De Emprendimiento (CADE) de Cádiz, donde se topó con trabas y comentarios que, si no fuera por su actitud, habrían truncado su camino.
El proyecto de Laura era claro, una pastelería online llamada Antojitos, en honor a esos productos que solo se degustan en ocasiones especiales. Sin embargo, no todo el mundo lo entendía. “En una de las reuniones, un hombre me dijo que el nombre no era nada comercial y que el negocio no tenía futuro”, comenta. Ella lo ignoró y diez años después, está encantada de no haberle hecho caso a aquella persona a la que le gustaría volver a ver para demostrarle lo que ha conseguido.
Laura quería ofrecer esos manjares que no se consumen todos los días y dar facilidades a los clientes, en su mayoría, familias que buscan una tarta para el cumpleaños, el bautizo o la comunión de sus pequeños. O novios a punto de darse el Sí quiero con ganas de sorprender a sus invitados.
"Hago dulces tematizados para celebraciones"
Antojitos echó a andar en un obrador de Rota que alquilaba por horas. Ilusionada y con ganas de seguir mejorando, al cabo de los años la gaditana se presentó a un concurso de Canal Cocina con Alma Obregón y resultó ganadora. Un premio que le permitió asistir a una masterclass de la repostera vasca, y supuso un empujón a su proyecto. Era hora de instalarse en un obrador propio, elegido en la localidad portuense donde su marido también regenta varios negocios.
Desde entonces, Laura no para quieta y siempre está inventando tartas y pasteles pero con una huella personal que no deja a nadie indiferente. “No hago carmelas ni palmeras, todo lo que hago va siempre decorado con un toque diferente y también monto mesas completas con dulces tematizados para celebraciones”, explica mientras mezcla la masa del bizcocho.
De su cocina, donde “todo es casero”, desde el almíbar hasta los rellenos y las cremas, han salido tartas muy diversas. Desde allí recuerda aquella que preparó para una conocida marca de patatas fritas, con forma de bolsa y hasta plástico comestible. El dueño quedó prendado del dulce con el que conmemoró su aniversario, y no fue el único.
Una enorme lista de famosos también quedaron maravillados con las creaciones de Laura, que elaboró la tarta nupcial de Selu de El Barrio, de Paz Padilla, de la influencer Elena Cueva o de Ortega Cano. “Esta salió en la revista Hola y fuimos todos corriendo al quiosco a comprarla”, recuerda con una sonrisa en la cara.
La gaditana rebosa de ilusión cada vez que algún artista comparte sus elaboraciones en sus redes sociales. El año pasado tuvo la suerte de ser contratada por Concert Music Festival de Sancti Petri para realizar tartas personalizadas a cada cantante del cartel. “Marc Anthony la compartió y Maluma también, Black Eyed Peas hizo un reel”, comenta la repostera que estuvo todo el verano investigando a sus comensales. Hasta leyó entrevistas de Sebastián Yatra, Texas, Leiva o Antonio Orozco con el fin de incluir detalles personales y llamar la atención de los músicos.
Una bonita experiencia que podrá repetir este año y que se suma a otra aventura. Una de sus tartas se coló en la gran pantalla y en Netflix gracias al equipo de la película Lobo Feroz, dirigida por Gustavo Hernández, que se la encargó para algunas escenas.
Laura irradia felicidad. La agenda de comuniones ya está completa para este año y cada vez son más los wedding planers la recomiendan. “He hecho muchas bodas de parejas de Miami, Londres o Países Bajos que vienen a casarse a Tarifa o a la zona”, dice. No se arrepiente de creer en sus sueños.