La naranja es un icono inseparable de la ciudad de Sevilla. Según los hechos históricos, la naranja amarga, variedad de los naranjos de Sevilla, fue introducida en Europa por los marinos genoveses. El olor a azahar es su sello personal.
Sevilla tiene el mayor naranjal urbano de Europa, con una producción de 5,7 millones de kilos en el último año. Siguiendo una tradición iniciada en el siglo XIX, la casa real británica pidió, a través del embajador británico en España, Hugh Elliott, unos 20 kilos para elaborar mermelada de naranja amarga.
Alfonso XIII, el bisabuelo del rey Felipe, y su esposa, la reina Victoria Eugenia de Battenberg —nieta de la reina Victoria de Reino Unido—, fueron quienes empezaron la tradición de mandar naranjas amargas del Real Alcázar de Sevilla a la familia real británica para elaborar mermelada. En la década de los 80 del siglo pasado se dejó de mandar naranjas, una iniciativa que se recuperó en 2020.
Los británicos son tan profundamente amantes de esta mermelada que, desde hace 10 años, cada año, celebran el Festival Internacional de Dalmain en Cumbria, situada al norte de Inglaterra.
El alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, ha hecho entrega al embajador de Reino Unido en España, Hugh Elliott, de 30 kilos de naranjas amargas procedentes de este histórico jardín situado en el centro de la ciudad.
Con la muestra se elaborará una mermelada que llegará al Palacio de Buckingham de Londres y a otras residencias reales. Durante décadas se dijo que era la mermelada favorita de la difunta reina Isabel II. Ahora los destinatarios serán los reyes Carlos y Camila.