Con la desescalada ha llegado la posibilidad de que los ciudadanos puedan moverse entre municipios de la misma provincia y, a falta de que en la fase 3 puedan hacerlo de forma interprovincial como ha anunciado la Junta de Andalucía, los habitantes de la provincia de Cádiz pueden disfrutar ya del encanto de los Pueblos Blancos. Algunos de ellos, grandes desconocidos para muchos gaditanos y gaditanas. Arraigados en lugares imposibles, los municipios de la Sierra gaditana ofrecen al visitante un ambiente relajado, buena gastronomía local, precios asequibles y estupendos parajes naturales espectaculares.
Zahara de la Sierra
Este pueblo de casas encaladas de blanco se sitúa bajo la Sierra del Jaral, formando parte del Parque Natural Sierra de Grazalema y frente al embalse de Zahara-El Gastor, que cuenta con su conocida ‘playita’, perfecta para esta época del año. Debido al crecimiento del turismo rural en los últimos años, se ha ido aumentando la oferta gastronómica y de aventura, siendo un lugar propicio para deportes como la escalada y el senderismo.
Villaluenga del Rosario
Se trata del pueblo más pequeño de la provincia de Cádiz, con solo 455 habitantes, lo que no le quita encanto con sus casas blancas cayendo a los pies del Navazo Alto. Lugar destacado para la espeleología, su gastronomía es conocida en toda España debido a su Queso Payoyo, una denominación de origen perteneciente a esta localidad que trabaja con la leche de cabras y ovejas autóctonas. El turismo rural se está convirtiendo lentamente en otra actividad económica pujante en el pueblo que cuenta con el que probablemente sea el cementerio más bonito de España.
El Bosque
En el Parque Natural de los Alcornocales, en plena Sierra de Grazalema, se encuentra este municipio de poco más de dos mil habitantes a orillas del río Majaceite. La localidad ha mejorado su oferta turística aprovechando la creciente llegada de turistas internos, y a las ferias de la tapa o el cochino ha añadido rutas para los amantes de la aventura en entornos naturales. Otros de sus atractivos son el Jardín Botánico, el Museo del Queso Payoyo o los molinos del Duque y de Abajo.
Setenil de las Bodegas
Considerado habitualmente por muchas publicaciones como uno de los pueblos más bonitos de toda España, Setenil ha sufrido un enorme impacto del turismo rural en los últimos años, que de viernes a domingo llenan sus calles más particulares. Famoso por las casas cueva que permanecen bajo la roca, también está compuesto de estrechas y empinadas callejuelas que le dan un toque singular. Se encuentra dividido por el río Guadalporcún y está considerado como Conjunto Histórico-Artístico.
Torre Alháquime
Con sus serpenteantes calles ladera abajo, este municipio sigue siendo uno de los que mejor guarda la esencia original de la Ruta de los Pueblos Blancos. Aún a salvo de los autobuses de turistas llegados desde todas partes de Andalucía, dispone de enormes casas para alquilar si se quiere pasar un fin de semana de los más apacible sin apenas escuchar ruido. Gobernado en lo más alto por su iglesia y las murallas de lo que fue un castillo árabe, la Torre cuenta además con una rica gastronomía entre la que destacan los embutidos de su cooperativa local.